Tras trece años cumpliendo condena, le concedieron la libertad bajo palabra. Sólo una semana después, decidieron devolverlo al presidio. Se había detectado, en una revisión rutinaria, un defecto de forma en el procedimiento: era sordomudo.
Septiembre de 2006
Septiembre de 2006
5 comentarios:
Sí que es una coincidencia ciertamente, y con el mismo juego, sin hablar él y deja mudo ese defecto de forma a los lectores. Tb breve e intenso, y tb me ha gustado, :).
P.D. Me hace pensar cómo da su palabra un sordomudo
Microabrazos selectos.
Hay que evitar esas condenas que uno se somete... pero a veces el liberarnos de nuestras propias condenas es lo que no nos deja ser libres!
Beso... y gracias por tu poema de Girondo!
je,je,je..., Oño, con la justicia, me da a mi que la sentencia la redactó el juez Del Olmo.
Leuma, puede que con la mirada, con un abrazo, con un gesto. Lenguaje que, al menos, vale tanto como la palabra. Aunque, a menudo, no seamos capaces de entenderlo.
Paco, pa' ti macroabrazos.
Sí, usagi, hay cadenas que, cuando se rompen, nos encierran más aún.
Sí, Kai, probablemente. O uno parecido. El colmo de los C'Olmos.
Abrazos.
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