Ayer en la mañana un motorista,
Aquí cerca de casa,
Casi a la misma vuelta de la esquina,
Como melón / se abrió la cabeza.
El codo de su brazo izquierdo
No llegó a sufrir siquiera
Leves rasguños o hematomas,
Pero sus sesos quedaron,
Como sal, desparramados
Sobre cristales y asfalto.
Yo ya no sé,
Tampoco, muy bien
Donde tengo la cabeza.
Allá / quizá,
A lo lejos,
En calles rodeadas de alambradas
Y ocultos celestes en las sombras,
De frente hacia el camión de la mudanza
Que gira de manera inesperada
Tras otra vuelta -de tuerca-
De la espina.
(Recuerdos desparramados
Entre cristales y asfalto)
2 comentarios:
Es muy fuerte, muchas muertes de motoristas en accidentes, entiendo el shock, un abrazo
Sí. Y te hace sentir motorista sin casco por las avenidas de la vida. Seguiremos tratando de esquivar al camión de la mudanza. Hasta que sea posible, hasta que llegue el momento de descuido que a todos, más tarde o más temprano, terminará por acaecernos.
Besos.
Publicar un comentario