Ya no empaña tu espejo
Con su canto prohibido
El aliento vencido
De mi voz musical.
Enterrado en el lodo
Que fraguó tu mutismo
Y, del tiempo, el abismo
Se tornó mineral.
La flor del tabaco
-
*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
3 comentarios:
¡"Qué bárbaro"!, Rafa.
MIS SALUDOS
El silencio al otro lado y el paso del tiempo convierten en piedra hasta los cantos que salen del alma, Un abrazo
Un auténtico huno, paco, tanto que casi dos, jajajajaja.
Sí, leuma, así es, si al menos no fuera en diamante, que, como ya sabes, dicen que es para siempre (dando la vuelta a la tortilla, como ves).
Abrazos.
Publicar un comentario