miércoles, 15 de agosto de 2007

Implante

(Cada una de mis noches)


Falsos recuerdos

de lo nunca vivido

gimen hambrientos.


(Se marchitó la amapola
entre la bruma celeste)

6 comentarios:

Anónimo dijo...

A una amapola
deja sus alas una mariposa
como recuerdo.
--Matsuo Basho

Anónimo dijo...

Recuerdos secos

marchitan amapolas

llora la noche.


Besos.

Anónimo dijo...

Ojalá, leuma, fuésemos capaces de aprehender la fugacidad del instante eterno que contienen haikus como éste de Basho.

Gracias y un abrazo.

Anónimo dijo...

Sí, mamen, llora la noche, apagando el latir de la amapola, entre la espesa cizaña.

Un beso

Anónimo dijo...

¿Se sueña con recuerdos...?
¿Se transforman en sueños los recuerdos de lo inexistente...?
Y para colomo no siempre se recuerda lo que se ha soñado...
Esta es la esencia de la insoportable levedad del "no ser".
Tronquitos de atún en amarillo con rosado gallego.

Anónimo dijo...

Pues, Manolo, creo que todas mis respuestas a tus preguntas o afirmaciones no pueden más que ser afirmativas.

Y los sueños que no se recuerdan, también "existen". Y nos marcan. Y, probable, vuelven y vuelven hasta que somos conscientes de haberlos soñado. Sueños sin final, siempre, para que sigamos imaginando.

Un abrazo.