Jueves, 13 de junio, a las 19:30
Librería Padilla.
Calle Trajano, 18, Sevilla.
Prólogo
Historias de la calle Alfarería es un recorrido sentimental por la evolución del paisaje, el poblamiento y los pobladores y sus modos de vida y costumbres de esta calle y, por extensión, del Barrio de Triana, desde sus inicios, en la época de la dominación romana hasta la actualidad.
Recorrido sentimental que, mediante el uso de la prosopopeya, dota a este espacio de atributos humanos y nos lo muestra como un ser racional y vivo que piensa, sueña, siente alegría, se conmueve y padece. Todo un acierto, sin duda. Porque ¿qué es un poblamiento dado sino un ser vivo? Así, en estas historias, la calle Alfarería, junto con su entorno urbano y físico, se desnuda ante los ojos del lector, desde su misma concepción, cuando no era más que un arrabal o villorrio de casas de adobe y chozas de juncos, habitado por pescadores y artesanos, durante la administración de Roma y sus colonias por el emperador Trajano, hasta nuestros días, pasando por los años de conquista del Nuevo Mundo, la Revolución de 1868, o Gloriosa, y otros acontecimientos tanto de la gran historia, como de esa historia menuda que, de manera anónima, vamos haciendo todos al andar y que apenas tiene reflejo en los anales históricos. Nacimiento, infancia y una larga madurez que hoy, cuando los signos de identidad de la calle Alfarería y el Barrio de Triana se han visto notablemente desvirtuados por la vorágine urbanística, ya comienza a mostrar signos evidentes de cansancio y decadencia.
Pero, tal y como nos vino a mostrar Gustavo Adolfo Bécquer en su rima III, no basta con el sentimiento inspirador para dar a luz a una obra literaria que merezca la pena. Porque una obra literaria, para serlo, ha de hacer pasar siempre inspiración y sentimiento por el tamiz de la razón y el conocimiento. Y razón y conocimiento están en todo momento presentes en estas Historias de la calle Alfarería, fruto de los muchos años que su autor, geógrafo de vocación, consultor de profesión y lector impenitente, ha dedicado a documentarse, mediante el estudio y la observación directa, acerca de la multitud de factores que, sin solución de continuidad, han ido modelando el Barrio de Triana hasta dotarlo de la fisonomía de la que hoy somos contemporáneos.
La mayor parte de las historias contenidas en este libro aparecen narradas en primera persona, de modo que el autor, para contarlas, se introduce en el corazón de personajes tanto anónimos como históricos. Entre estos, Marifé de Triana, el torero Cagancho o Salvador Dorado "El Penitente". Y, entre aquellos, gitanos, lavanderas, un quiosquero de finales del siglo XIX o la hermana portera de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl. Y por encima de ambas categorías, la calle, siempre la calle Alfarería que, jugando a la par los papeles de narrador y personaje, nos va desgranando los avatares de su ya dilatada y fructífera vida.
Unos avatares que poco a poco se van colmando de nostalgia por las numerosas pérdidas que han experimentado la calle Alfarería y el barrio del que forma parte, tanto en lo humano como en los elementos de su paisaje urbano. Así, de ser un barrio popular —crisol de profesiones y modos de vida, que aglutinaba, entre otros, a herreros, ceramistas, lavanderas, agricultores, pescadores, panaderos, alfareros, leñadores y carboneros— y con personalidad propia, va camino de transformarse, si es que no lo es ya, en un barrio impersonal, en el que la población original está viéndose sustituida, como consecuencia de la gentrificación, por profesionales "foráneos" y otras gentes de alto poder adquisitivo, que muy poco o nada tienen que ver con sus pobladores originales. Un barrio que, más allá de las fachadas de los edificios con mayor relevancia arquitectónica, apenas conserva nada de los elementos históricos y humanos que le otorgaron una razón de ser diferenciada con respecto a este mundo nuevo que ve empobrecerse, a causa de la homogenización arquitectónica, multitud de espacios y paisajes urbanos en las ciudades de gran parte del mundo. Un barrio que, aunque todavía continúe siendo adjetivado de "tradicional", como estrategia mercadotécnica turística, ya ha comenzado a dejar de serlo como consecuencia del desplazamiento de las clases populares que, históricamente, han venido siendo garantes de la continuidad de esas tradiciones que constituían una de sus señas de identidad más características.
En definitiva, Historias de la calle Alfarería se constituye en una obra inteligente, muy trabajada y sensible que, a caballo entre la literatura y la ciencia, nos aporta una visión diferente del devenir de la calle Alfarería. Y, por qué no, como una metodología novedosa, de carácter holístico, de abordar el estudio de la transformación de los espacios urbanos y de evaluar sus pros y sus contras, como procedimiento diagnóstico destinado a corregir y evitar la repetición de antiguos errores.
1 comentario:
Éste tampoco va firmado. ojo.
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