Sin puñetera idea de solfeo
y no habiendo resuelto con acierto
jamás un logaritmo neperiano,
en las noches de insomnio me debato
entre la matemática y la música,
con la adusta sospecha de engendrar
tan sólo caos y acordes de silencio.
Si me viesen Beethoven o John Napier
renunciarían de inmediato a cualquier
cálculo
y al Himno a la Alegría.
3 comentarios:
Pues una adusta sospecha siempre hay que tenerla en cuenta.
Seguro, Balbi.
“tan sólo caos y acordes de silencio”
Qué bonito verso (versos en general) Aléjate de las matemáticas Rafa, suelen crear un trauma existencial, al final los cálculos nunca dan y volvemos a cero.
Besos, dos.
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