jueves, 24 de marzo de 2011

Odisea apócrifa


Fui yo aquel marinero que esperabas
Y tú faro en la niebla, mi puerto, mi Penélope
Tejiendo y destejiendo la distancia
Con la esperanza incierta de que un día
Supiese interpretar mi sed tus mapas.
Que lástima que el viento y las corrientes
Jamás se nos mostrasen favorables,
Y al cabo haya quedado este poema
En una amarga crónica de náufragos
Ahogados frente a la Ítaca soñada.
Qué largo fue el periplo en el desierto
Para acabar varados en la nada.

2 comentarios:

Paloma Corrales dijo...

Con ese deje de derrota tan tuyo...

Un beso, bueno, siete.

Anónimo dijo...

Lo he leído muchas veces y cuanto más lo leo más me gusta.

Te aplaudo poeta.

Besos de naúfrago a naúfrago.