Odisea apócrifa
Fui yo aquel marinero que esperabas
Y tú faro en la niebla, mi puerto, mi Penélope
Tejiendo y destejiendo la distancia
Con la esperanza incierta de que un día
Supiese interpretar mi sed tus mapas.
Que lástima que el viento y las corrientes
Jamás se nos mostrasen favorables,
Y al cabo haya quedado este poema
En una amarga crónica de náufragos
Ahogados frente a la Ítaca soñada.
Qué largo fue el periplo en el desierto
Para acabar varados en la nada.
Con ese deje de derrota tan tuyo...
ResponderEliminarUn beso, bueno, siete.
Lo he leído muchas veces y cuanto más lo leo más me gusta.
ResponderEliminarTe aplaudo poeta.
Besos de naúfrago a naúfrago.