Qué triste qué espantoso haber llegado
a esta gélida fiebre a este delirio
que anegan de carencias con las sombras
las frágiles regiones de lo onírico.
Metido tu recuerdo entre mis sábanas
de noche a mi costado mientras duermo
no entibia como antaño el subconsciente:
no cabe la lujuria ya en mis sueños.
a esta gélida fiebre a este delirio
que anegan de carencias con las sombras
las frágiles regiones de lo onírico.
Metido tu recuerdo entre mis sábanas
de noche a mi costado mientras duermo
no entibia como antaño el subconsciente:
no cabe la lujuria ya en mis sueños.
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