La flor del tabaco
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*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
domingo, 16 de agosto de 2009
En dique seco
Bajo un cielo plomizo como mármol,
Cautivo en el sudario de las olas,
Me afano en divisar cualquier vestigio
Que pueda mantener mi aliento a flote.
Y entonces se alza nítido el espanto
Que estalla hecho verdad con el azogue:
Jamás hubo bajel, telar ni canto
De sirenas, jamás hubo un naufragio;
Y el agua salitrosa, oscura y densa
Que anega, deletérea, mis pulmones,
No es la mar, son mis lágrimas.
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6 comentarios:
Hay que buscar el mar para seguir navegando, y está ahí, aunque cueste verlo, está. A veces nuestras propias lágrimas ayudan a encontrar ese mar, por algo tienen en común la sal... besos salados
Un beso....azul
Si anegan tus pulmones...
es que lloras pa´dentro,
y el llora pa´dentro...
se ahoga solito en la vida
(bis)
Besos. PAQUITA
Hay un mar intimo y personal habitando en cada uno de nosotros, aunque sus olas sean de lágrimas.
buen texto amigo
Bello y triste, la compañia de esa fotos con un trozo de maderamen medio cubierto por la arena y al bruma que nos impide ver el mar o el arenal o desierto o, como bien dices, nuestras lagrimas...un fuerte abarzo.
Sí, cuando tragas lágrimas saben a mar ( ya te lo había dicho, ¿verdad?)
Un besazo
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