La flor del tabaco
-
*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
jueves, 26 de febrero de 2009
Viajeros del destiempo
Atónitos y ocultos por las sombras
Que anegan al ocaso los andenes
Se sientan a esperar igual que etéreos
Espectros sin reflejo ni equipaje:
Sin brújula, horizonte ni billete
De vuelta en sus entrañas perforadas
Carece de sentido hacer maletas
Por mucho que les pese su ardua carga.
Ahorrando siempre tiempo, se hizo tarde;
Sus hálitos se expanden como bruma
Borrando cualquier huella hacia el futuro
Y, turbios, saturando en sal y herrumbre
Las horas sin tictac de los relojes.
Jamás cruzan con nadie sus miradas
Por miedo a ensombrecer a otros el alma
Ni alcanzan a enfrentarse a los silencios
Que inicuos les oprimen la garganta
–Se niegan a infectar de insomne estrépito
Los tímpanos y el cántico del alba.
A veces en la noche pasan trenes
Con plazas disponibles que parece
Que ciertos y anhelantes los reclaman;
Mas tanto engaño antaño de espejismos
Quebró como al cristal sus esperanzas.
Y así sus pies de mármol polvoriento
Castrados de dolor viajan inmóviles
Por vastas catacumbas conformadas
De un vacuo territorio en el destiempo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
Mal compañero de viaje es siempre la nostalgia. Ciega los destinos, mutila las alas....mejor, solo.
Besos
ayer le dije a Trini que había inventado la poesía de terror, a veces pienso que tú intentas inventar la poesía de los muertos vivientes, pero sabes? a veces se te cuela una ranura de luz que echa al traste el invento ;)
un beso, niño poeta del exorcista :)))
Parece el retrato de la estación de un metro de una de esas ciudades repletas de muertos vivientes,los que van al trabajo y vienen, cargando sólo su triste pensamiento;a los que la vida se les pasa tan rápido que ni ella misma se detiene en ellos.
Qué costumbre la tuya de echar esas miradas profundas para adentro.
Abrazos.
Jamás cruzan con nadie sus miradas
Por miedo a ensombrecer a otros el alma
Ni alcanzan a enfrentarse a los silencios
Que inicuos les oprimen la garganta
(Eso hago, lo acepto) ¿Quién se enfrenta contra su esencia?
Genial como siempre. Un abrazo Poeta.
Publicar un comentario