jueves, 4 de septiembre de 2008

Del insensato pudor



Contemplando sus ventanas,
De noche, igual que en el día,
Siempre echadas las persianas,
Se diría

Que la avergüenzan sus canas
O que, fría,
La abandonaron las ganas
De ser ansias y ambrosía

Sobre el lecho.
Mas del sabroso bocado
Que arde maduro en su pecho,

Se infiere que se ha emboscado
Temerosa del asecho
Del pecado.


Fotografía: S. Guillén.
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6 comentarios:

Anónimo dijo...

cuando asecha el pecado....
algo es inmanejable.
besos amigo

Anónimo dijo...

Bueno, que por pecar que no quede...

:P

Besos.

Anónimo dijo...

Ummmmm ¿pecamos?, con canas incluidas, si total, la arruga es bella jiji
Beso-te

Anónimo dijo...

Y yo queriendo ser sensata... jajaja

Que los botones del ADSL e Internet no enciendad eso si que es bajar las persianas, extrañaba leerte poeta, todo perfecto, calificación 5...

Besos...

Anónimo dijo...

Ahhh me encantó ese verso "del sabroso bocado que arde maduro en su pecho"
En esas emboscadas hay que caer, ¿Qué importan las canas?
Abrazos.

Anónimo dijo...

Hermoso el poema Rafa, como siempre.

Ahora que no estuvieras tu en el ajo con el Rubiales y la franchute,hummm

Saludos desde El Bierzo