Contemplando sus ventanas,
De noche, igual que en el día,
Siempre echadas las persianas,
Se diría
Que la avergüenzan sus canas
O que, fría,
La abandonaron las ganas
De ser ansias y ambrosía
Sobre el lecho.
Mas del sabroso bocado
Que arde maduro en su pecho,
Se infiere que se ha emboscado
Temerosa del asecho
Del pecado.
-
cuando asecha el pecado....
ResponderEliminaralgo es inmanejable.
besos amigo
Bueno, que por pecar que no quede...
ResponderEliminar:P
Besos.
Ummmmm ¿pecamos?, con canas incluidas, si total, la arruga es bella jiji
ResponderEliminarBeso-te
Y yo queriendo ser sensata... jajaja
ResponderEliminarQue los botones del ADSL e Internet no enciendad eso si que es bajar las persianas, extrañaba leerte poeta, todo perfecto, calificación 5...
Besos...
Ahhh me encantó ese verso "del sabroso bocado que arde maduro en su pecho"
ResponderEliminarEn esas emboscadas hay que caer, ¿Qué importan las canas?
Abrazos.
Hermoso el poema Rafa, como siempre.
ResponderEliminarAhora que no estuvieras tu en el ajo con el Rubiales y la franchute,hummm
Saludos desde El Bierzo