miércoles, 28 de febrero de 2007

La estampa antigua

VAGAMENTE cansado el día insiste.
La misma flor, la misma fuente,
la misma, la misma sombra del cerezo.
¿Qué preguntas? El mar tan lejos gesticula
inútilmente. Sus espumas ruedan,
ansia de amor proclaman sin sonido,
lejos, lejos, lejísimos, sin bulto,
vago telón de sedas amarillas.

Vicente Aleixandre

(Sencillamente... sublime)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

LO QUE ESCRIBE ES BELLO.
ME GUSTA EL MAR, ME DA LIBERTAD.
ELLA, ME DA TRANQUILIDAD.
POR UN AMOR QUE NUNCA VOLVERA.
UN AMOR DEL PASADO
UN AMOR DEL AYER.
QUE LOS DOS SUPIMOS COMPRENDER.
UN FUERTE ABRAZO
MARINA MONTECRISTO

Anónimo dijo...

El poema me gusta hasta llegar a las dos últimas líneas, ahí, ahí, no me entero de nada.
PAQUITA

Anónimo dijo...

Paquita, a mí me parece, que en la lejanía, las siluetas se desdibujan, se pierden los contornos, pierden su volumen, su "bulto" y, el telón se transforma en evanescencia amarilla

Otro abrazote, y a Rafa, por estimular nuestra sensibilidad

Anónimo dijo...

Bueno, Milena, me alegra leerte por aquí. Y, Paquita, hay ocasiones en las que no debemos empeñarnos en entender la poesía con la mente, pues un poema tiene a veces tanto de sensorial que es mejor dejar simplemente que nos inunde los sentidos y que su magia evanescente nos recorra por unos instantes como un relámpago.

Abrazos.