viernes, 29 de septiembre de 2017

Apuntes ajenos en torno a la cuestión catalana (Luis Araquistáin)


Lee uno estas cosas, escritas hace casi un siglo, en torno a la cuestión catalana, y acaba casi comprendiendo la situación presente y la larga cadena de aspectos no resueltos y errores (que en la historia reciente del asunto vuelven a repetirse con contumacia) que nos ha conducido a este punto. Y termina también pensando que aquel "¡Muera la inteligencia!" de Millán-Astray tal vez terminó, sin que nos percatásemos de ello, llevándose el gato al agua.

"Se puede debatir el tema de la autonomía (1) de Cataluña, como de cualquier otra autonomía; lo que no se puede hacer es negársela. Es en vano que se opongan los venerables tenderos de Madrid y las venerables momias espirituales que, galvanizadas por algunos políticos centralistas, enviaron, años atrás, algunas Diputaciones provinciales castellanas al Gobierno y al rey, como voceros de una Historia de España muerta y desnaturalizada, contra la voluntad catalana. Es en vano que se quiera hacer de Cataluña otra Cuba. La autonomía ha de ser un hecho, porque así lo quiere el pueblo catalán; podrán los catalanes discrepar sobre la extensión y grado liberal de la autonomía; pero todos concuerdan en el mínimo demandado. Y si la autonomía no fuera un hecho permanente, por torpeza del Gobierno central —y torpeza insigne fue la política antiautonomista de la dictadura militar—, el hecho será algún día la separación, porque Cataluña no puede retroceder ni siquiera detenerse, y obligada a avanzar, si no se le otorga de grado el régimen autonómico, se vería compelida a proclamar por la fuerza su independencia. Esto sería la guerra civil; pero en esa guerra de secesión, muchos otros españoles se declararían separatistas con los catalanes. Y muchos europeos. En rigor, todos los pueblos, después de vencer el imperialismo germánico, tienen la misión de rehacer el mapa de Europa conforme a la voluntad libérrima de los diversos grupos nacionales; porque el problema en Cataluña, que en sus límites de autonomía es una cuestión interior de España, se convertiría en un problema internacional si la obstinada contumacia del Gobierno español obligase a los catalanes a plantearlo en términos de separatismo. Pensando en las fatales consecuencias históricas que han de sobrevenir, el dilema que suscita el problema catalán no es centralismo o autonomía, sino autonomía o separatismo. Esta es la opción que la necesidad histórica plantea a España frente a Cataluña. Por lo tanto, bien claramente se comprende que los que se oponen a la autonomía de Cataluña son los que más contribuyen a su separación. Los españoles más centralistas son, sin quererlo, los más separatistas. A estos contrasentidos, cuando es la ceguera mental, y no la clara razón, la que inspira los ánimos, conduce la dialéctica de la Historia."

Luis Araquistáin Quevedo (2) (de "El ocaso de un régimen" Ed. España, Madrid, 1930)

(1) Habla el autor de "autonomía" entendida en el marco de un estado federal.

(2) Periodista, político y escritor a la generación del 14. Militó en el Partido Socialista Obrero Español. Y no, que nadie se sorprenda, no era natural de Cataluña, era cántabro.

En la fotografía: Chavalería "radical" dándonos una lección magistral de convivencia. Diferentes, pero iguales. Dicen que la foto ha sido tomada recientemente en Figueres.

1 comentario:

Carlos dijo...

Ya lo hablamos, ahora sobra fanatismo y faltan argumentos razonables y diálogo de verdad