Cuando era un tierno infante yo pensaba
Que todo en este mundo era perenne;
Que el fuego, en la tormenta, siempre indemne
Por mucho que lloviese resultaba.
Soñaba que mi mama de mi lado
Jamás por un instante faltaría,
Que yo, en sus brazos cálidos, sería
Eterno niño siempre acompañado.
Es cierto que el dolor, de vez en cuando,
Mis sueños atería igual que el viento
Escarcha el agua, gélido, soplando;
Más breve en mi memoria era el lamento
Y alegre y sin pesar seguía soñando
Con ser inmarcesible y vasto aliento.
Que todo en este mundo era perenne;
Que el fuego, en la tormenta, siempre indemne
Por mucho que lloviese resultaba.
Soñaba que mi mama de mi lado
Jamás por un instante faltaría,
Que yo, en sus brazos cálidos, sería
Eterno niño siempre acompañado.
Es cierto que el dolor, de vez en cuando,
Mis sueños atería igual que el viento
Escarcha el agua, gélido, soplando;
Más breve en mi memoria era el lamento
Y alegre y sin pesar seguía soñando
Con ser inmarcesible y vasto aliento.
6 comentarios:
Buenos días Rafa. Postrada leyendo tus últimos poemas.
Dulce y tierna la inocencia, lástima que nos la arranquen de cuajo.
En un poema he visto que a cruento le has plantado un par de cuernos, ¿y eso? Bueno, viniendo de tí, confío en su posibilidad.
Un beso, grandote.
Victoria, esos dos cuernecillos, crema, diéresis o puntos diacríticos son para indicar que ahí utilizo la licencia de la dialefa, es decir la ruptura del diptongo para formar dos sílabas en lugar de una y, así, lograr el endecasílabo que necesitaba.
Hay quien dice que reflejar la diéresis para indicar esa ruptura está "demodé" y es innecesario, pero a mí, que soy ya bastante antiguo, me gusta utilizarla.
Un beso.
Rafa, podemos seguir soñando y siendo niños; nadie puede impedirlo. Yo lo hago cada día y me quedo tan contenta.
Sueña con lo que quieres; ya tengo otro Peter Pan, jajaja!
Un besito soñador e infantil
Siempre nuestro corazón sentirá esa necesidad de saber que todo es como cuando niños, eso significa mucho para vivir soñando.
Besos
Excelente, en la forma y en el contenido. Casi se me han asomado las lágrimas: ay, la infancia!
el dolor nos mira con ojos de pirata...
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