Dicen que La Maga que inspiró a Julio Cortázar para su Rayuela se llamó -y se llama aún- Manuela Rejas. Dicen que cambió la rue de Seine por una calle luminosísima de Veguellina, León, en donde había una casa con patio de geranios y romeros. Que cuando cruzó le Pont des Arts, se quedó a vivir junto al río Órbigo, que se hiela y se florece dos veces por año. Y no hay color.
Siempre supo Manuela Rejas hacer juegos de magia con su vida y convertir, con las mismas piruetas sin red, la vida y las costumbres de los otros en una bellísima aventura efímera cada vez que bailaban sus manos en un ‘nada por aquí’. Y la llamaron Violeta. Violeta, la Ilusionista, la Maga. Aprendió con carácter autodidacta los trucos malabares hasta saberse de memoria dónde se escondían los planos del tesoro del pan de cada día durante la larguísima guerra civil española y cómo colarse en los teatros de varietés de provincias hasta ganarse el aplauso preámbulo de la tan escasa y necesitada cena. Floreció Violeta entre la posguerra y un baúl que arrastraba con más ilusión que fuerza física, lleno llenito de cartas marcadas y amor al prójimo tan próximo y pobre.
Era la primera mujer ilusionista de España, cuya magia supo ver un día Paco Tovar y quiso mezclarla con la suya para contársela a todo el mundo. Violeta y el baúl americano es un corto-documental que narra las peripecias y las trampas para perder de una mujer que se hizo Violeta en un inhóspito mundo hecho por hombres para hombres. Una mujer ilusionista en los años cuarenta qué valor, qué descoque, cuánta generosidad.
Ahora, antes de la última función de Violeta, aunque ya las pistas no le rindan espacio y música de circo, quieren Paco Tovar y un grupo de amigos y profesionales del cine sacar de entre bastidores a Violeta, la Maga, la Ilusionista, para que reciba el aplauso, después de ochenta y dos años, de quienes llevamos en nuestro interior también una violeta deseosa del abono de la ilusión y los abracadabras; de quienes creemos en las chisteras, en los pañuelos de colores y en las palomas blancas de la paz y la palabra.
Es éste un proyecto de comediantes casi anónimos y serenamente transgresores, que pretenden que recojamos parte del testigo que todavía puede ofrecernos Manuela Rejas para aprender, sin pretensiones, de su supervivencia y de su espíritu de lucha, de su amor por la magia de la vida. Sabremos gracias a gente tan desinteresada como Rocío González, Luna Baldallo, Eloy Botello, Rafa León y Carlos Ferrer, entre otros, que otro mundo es posible y que puede estar escondido dentro de un baúl lleno de encantamientos.
Cuando el baúl de Violeta se abra este año durante el Festival de Cortos de Islantilla, daremos fe de que La Maga existe; que se escapó de Rayuela para esperanzarnos e ilusionarnos como a niños.
Siempre supo Manuela Rejas hacer juegos de magia con su vida y convertir, con las mismas piruetas sin red, la vida y las costumbres de los otros en una bellísima aventura efímera cada vez que bailaban sus manos en un ‘nada por aquí’. Y la llamaron Violeta. Violeta, la Ilusionista, la Maga. Aprendió con carácter autodidacta los trucos malabares hasta saberse de memoria dónde se escondían los planos del tesoro del pan de cada día durante la larguísima guerra civil española y cómo colarse en los teatros de varietés de provincias hasta ganarse el aplauso preámbulo de la tan escasa y necesitada cena. Floreció Violeta entre la posguerra y un baúl que arrastraba con más ilusión que fuerza física, lleno llenito de cartas marcadas y amor al prójimo tan próximo y pobre.
Era la primera mujer ilusionista de España, cuya magia supo ver un día Paco Tovar y quiso mezclarla con la suya para contársela a todo el mundo. Violeta y el baúl americano es un corto-documental que narra las peripecias y las trampas para perder de una mujer que se hizo Violeta en un inhóspito mundo hecho por hombres para hombres. Una mujer ilusionista en los años cuarenta qué valor, qué descoque, cuánta generosidad.
Ahora, antes de la última función de Violeta, aunque ya las pistas no le rindan espacio y música de circo, quieren Paco Tovar y un grupo de amigos y profesionales del cine sacar de entre bastidores a Violeta, la Maga, la Ilusionista, para que reciba el aplauso, después de ochenta y dos años, de quienes llevamos en nuestro interior también una violeta deseosa del abono de la ilusión y los abracadabras; de quienes creemos en las chisteras, en los pañuelos de colores y en las palomas blancas de la paz y la palabra.
Es éste un proyecto de comediantes casi anónimos y serenamente transgresores, que pretenden que recojamos parte del testigo que todavía puede ofrecernos Manuela Rejas para aprender, sin pretensiones, de su supervivencia y de su espíritu de lucha, de su amor por la magia de la vida. Sabremos gracias a gente tan desinteresada como Rocío González, Luna Baldallo, Eloy Botello, Rafa León y Carlos Ferrer, entre otros, que otro mundo es posible y que puede estar escondido dentro de un baúl lleno de encantamientos.
Cuando el baúl de Violeta se abra este año durante el Festival de Cortos de Islantilla, daremos fe de que La Maga existe; que se escapó de Rayuela para esperanzarnos e ilusionarnos como a niños.
Artículo publicado en Odiel Información el 27-2-2008.
En la imagen: Manuela Rejas.
9 comentarios:
No puedo concretar la fecha ni en el canal de televisión que vi a Violeta, era un pequeño homenaje a la primera mujer que se abrío paso en un mundo de hombres tan sólo con la ilusión de perseguir un sueño.
Interesante post.
Un saludo.
María, como siempre, impecable. Rafa, gracias por traernos hoy su artículo.
Cuando he leído el artículo de María -querida María- esta mañana en prensa, pensé en llamarla pero, luego, las diatribas del trabajo dejó el intento en mera ilusión.
UN ABRAZO PARA AMBOS
genial
María, Rafa, darilea, kaiman, paco, larrey,
Muchísimas gracias por vuestra generosidad. No la merezco. María, como no lo hubiera escrito ni Cortázar. Precioso artículo. Inolvidable.
Paco Tovar
Qué artículo más esperanzador ahora que todo el proyecto está envuelto en una gris nebulosa. Qué irónica coincidencia las palabras "gente tan desinteresada" delante de ese nombre.
Un saludo de tu compañera de cargar vallas, llevar cajas y tener más paciencia que Job ante la tirana "desinteresada".
un beso,
Caro.
Lo de gente desinteresada, ¿será cahondeo, No?
Vamos con las cajas, con las vallas y los cables; ole!
Paco
Gracias maría por un artículo tan hermoso, humano y lleno de magia.
Gracias darilea, kaiman, paco, larrey por haber venido a compartirlo.
Gracias, Paco, por haberme dado la oportunidad de participar en tu proyecto, conocer a Manuela y a tanta gente maravillosa.
Gracias, Carolina, por ser tan gran mujer y todavía más grande persona. Al final nos quedaremos sólo con lo bueno y olvidaremos, como debe ser, lo pésimo.
Abrazos.
Hermoso realto y homenaje a una mujer maravillosa, que las debio pasar de Cain y sobrevivio.
Un abrazo a Violeta y a ti, por acordarte de ella.
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