jueves, 30 de abril de 2015

La lectura en España

España en cuanto a lectura
según rezan las respuestas
al respecto en las encuestas,
no alcanza a estar a la altura.
Este bardo, en cambio, jura
que esto es mentira, una ofensa:
si no cómo es tan propensa
a enterarse de la fea
corrupción, nuestra ralea
política, por la prensa.

Perros (Agustín Casado)

Dime tú, amigo Moreno,
dime, Andrés, cómo explicar
el que hayan venido en dar
estos tres viejos abuelos
que además no tienen perro
en escribir, dibujar y editar
un casi infantil libelo
¡sobre perros!, toma ya.
Quizás viene esto a abundar
y a reconfirmar aquello
que dejó dicho años ha
mi vecino malagueño
Picasso frunciendo el ceño
y sonó como a boutade:
toda una vida de empeño
cuesta aprender a pintar
como un niño, dibujar
como lo hacen los pequeños.
Alcanzada ya la edad
vemos hoy cumplido el sueño
de este libro publicar,
y a la hora del bla, bla, bla,
los piropos halagüeños,
el posar los tres risueños,
que tampoco está de más,
yo me temo, José Luis,
que hoy este chisgarabís
va a tener que confesar
que mal que me pese a mí
el motivo que hay detrás
de meterme esta pechá
de tinta y de colorín
no es ni digno de alabar.
Como me llamo Agustín
que igual que éste otros mil
tendría que dibujar
sin reclamar un chelín
para hacerme perdonar
y poder quedarme en paz
por lo que ahora van a oír.
Tus razones tú sabrás,
que en lo que respecta a mí
no lo hago porque sí;
eso sí, gratis total.
Yo fui niño de posguerra
no un San Francisco de Asís,
con todo lo que eso encierra,
ya saben, grisura, mierda,
de esperanza tararí,
el futuro al ralentí,
de perros la vida perra
pintada de color gris.
Juegos eran de chaveas
ver el que más lejos mea,
robar en las sacristías
a los curas las obleas,
tocar el culo a las tías,
recolgarse del tranvía,
zurrarse con las correas,
correr de la policía…
y el pedrisco, la pedrea,
suerte ésta de artillería
para la que esta ralea
ocasiones mil tenía:
Mil chuchos sin pedrigrí
vagabundos por ahí,
otros parias de la tierra;
que aun sabiendo hasta latín
menos Pluto y Rintintín
de nuestra mano cerril
sufrían la suerte negra
que le trajo a Abel Caín.
Sin la play y sin la WI
nuestro juego era la guerra
y de juguete las piedras.
Y les tengo que decir
que, aunque ya decirlo aterra,
convertido yo me vi
en pirata somalí,
en un perro de la guerra
que a los perros tira piedras.
De trofeo un pictolín
al que atina y al que yerra
tras quedarse sin botín,
la rechifla, el ji ji ji,
el vacío que destierra
de aquella horda ruín
al manta que no celebra
cada acierto, que se arredra.
¡Guernika en Ciudad Jardín!
Lejana infancia gamberra
de la que me arrepentí
para siempre el día que di
una pedrá en la cabeza
cual daños colaterales
a uno de los chavales
que formaba en la jauría,
la de dos patas, la mía.
Que para colmo de males
lo que es la puntería
de aquel Atila mochales
no valía dos reales
y así los occipitales
de la infiel infantería
más peligro aun corrían
que los de los pobres canes.
Y dejé la cacería.
No se imaginan ni cuáles
fueron mis remordimientos
y aun después de tanto tiempo
yo les aseguro, amigos,
que la culpa que aquí siento
me hace de perdón mendigo.
Y es por eso que les digo,
y al decírselo no miento,
que desde el mismo momento
que habló Jose Luis conmigo
y me vino con el cuento
de este cuento de los cuentos
como un sabueso persigo
pagar por el sufrimiento
que importándome a mí un higo,
en un tiempo que maldigo
ocasionó este elemento.
Si a algún chucho di tormento
sea dibujar mi castigo.
Si que lo compren consigo
podré al fin dormir contento.


Texto e ilustración: Agustín Casado

miércoles, 29 de abril de 2015

Vudú

Cuando descubrió que la kryptonita sólo era una falacia, ya era muy tarde.

La esponja sacra

Multiplican las penas y los pozos.

martes, 28 de abril de 2015

Spam-ku (XXXIX)

me queda apenas
un poema en la recámara
ruleta rusa

lunes, 27 de abril de 2015

De Occidente la reserva... (Agustín Casado)

De Occidente la reserva
espiritual y beata
quiere ahora pagar con latas
de sardinas en conserva.

Y protesta la caterva
pensando que en una errata
la tele metió la pata.
Si la cosa bien se observa

no es sino pura coherencia:
si pagamos sus sudores
porque son “trabajadores”

-de “trabajo” desinencia-
actuamos en consecuencia
pues somos “conservadores”

Texto: Agustín Casado

Escenas sevillanas (24): Ya huele a Feria (Carlos Parejo)


La Feria de Abril de Sevilla, capital del paro y la miseria andaluza, se mantiene embalsamada merced a familias que nadan en la abundancia y mantienen su aparente belleza y tipismo. Son las que te observan desde arriba en el palco de la Plaza de Toros y desde su coche de enjaezados caballos con lacayos decimonónicos cuando pasean por el Real. Son las que ves desde afuera en su caseta particular –tan amplia y despejada- de coquetas cortinas de terciopelo con encajes y multitud de espejos.

Para el resto de los mortales, hay otro mensaje: “Ven con nosotros a la Feria” nos dicen los vinos finos, las cervezas y los jamones serranos desde los publivías y carrocerías de metros y autobuses. Hartarse de beber y comer ¿Eso es todo lo que me ofrecéis? A la par, las bicicletas de alquiler se visten de farolillos, como los veladores de los bares, pero no contagian ángel alguno.

Y es que Sevilla ha dejado de ser una capital de provincias atada a sus tradiciones seculares, a mitad de camino entre la urbe y el campo. Los árboles, las flores, los caballos y las toríadas, y tantos otros motivos que inspiraron los cantes y bailes por sevillanas, son sólo un recuerdo. Las letras de las coplas por sevillanas ya no tienen nada nuevo que decir que no sea tópico ni vulgar desde hace varias décadas. La Feria, como un nuevo parque temático de primavera, es objeto de rutas y visitas guiadas para turistas. ¡A ver quién entiende cómo sobrevive a tanto tópico y tanta decadencia¡

(¢) Carlos Parejo Delgado

domingo, 26 de abril de 2015

La impostura legislativa

Legislar para promover la desigualdad, la injusticia, el saqueo (que ya lo confesó la sádica descerebrada de Cospedal en uno de sus frecuentes lapsus). Eso es lo que han estado haciendo. Eso es lo que continuarán haciendo. Porque el bipartidismo mamporrero y pancista no ha muerto. No está ni siquiera mal herido. Y si algún día pereciese, lo más probable es que tuviésemos que decir con vehemencia: El bipartidismo ha muerto; ¡viva el bipartidismo!

Sopor

(a la sombra del flamboyán)

Besar tus pies cansados y mudarlos ligeros como la hoja de un sauce. Besar tus pies. Besarlos con el afán de un náufrago, hasta ahogarme en sus huellas. Besar tus pies, ungirlos con mi sed como bálsamo, derrotando a este otoño de nieve prematura, de hojas muertas.

(La Habana, junio de 2010)

sábado, 25 de abril de 2015

Ariete

Miras sin ver. Tus ojos,
desde siempre sumidos
en la negrura, lloran,
corroídos, socavados
por esta apenas luz
de látigos y puentes
levadizos anónimos,
que no te reconocen.

Mafia en conserva

La patronal al obrero
ya no se la da con queso;
ahora, con el miembro tieso,
lo conmina, compañero,
a desnudar el trasero
para dársela con latas.
Propuestas tan insensatas,
mezquinas e ignominiosas
más que del hombre, asquerosas,
parecen cosa de ratas.

viernes, 24 de abril de 2015

Apenas salió el sol

Llovió sobre los páramos
cien años y cien noches.
Fue un eclipse total
de horizontes y aliento,
borrando los caminos, anegando
la guarida del lobo, desbordando
corrosivo los cauces del reuma y el silencio.
Cuando ya la esperanza
yacía, agonizante,
rendida sobre un túmulo
de sodio y algas muertas,
anunció la mujer
del tiempo altas pasiones.
Yo me arranqué el paraguas
de la sangre y la médula,
y salí a la intemperie,
desnudo y sin quintante,
buscando un tallo firme
de espliego o arco iris
donde tender mis sueños.
Pero apenas salió
el sol, llegó la plaga,
devorando el plumaje
de duendes y luciérnagas,
dejando el firmamento
en los huesos, ungiendo
de penumbras los últimos
rescoldos de relámpago.
Llovía sobre mojado
y yo ya estaba a punto
de abandonarme al cieno
de la desesperanza,
cuando vino al alféizar
de mi miedo un mensaje
con forma de paloma.
Decía que vendrías
como un arca a salvarme
del destiempo y las aguas.
Yo te esperé cien noches
y cien siglos sin luna.
Pero tú preferiste
permanecer a salvo
en tu jardín colmado
de gerberas de plástico
y luz ultravioleta,
antídoto infalible
contra el tósigo dulce
del néctar de los sueños.

Inmutable


Sin par belleza
labrada en mármol,
fría y estéril
como una lápida.


Escultura: Roberto Manzano.

jueves, 23 de abril de 2015

El desenlace

Era un relato breve. Un sólo personaje -un escritor-, que lo mató en quince palabras.

Trazos

Escribo con la mano izquierda: espanto de ser yo ―ser otro y nada― cautivo en un espejo que no me reconoce. Pero la noche es larga (me extirparé los ojos, y los daré, endulzados con morfina, a los perros).

miércoles, 22 de abril de 2015

El principio del fin

Algo contra natura perpetraron los simios
y Pachamama, entonces, por castigo,
les envió una plaga: el Homo sapiens.
Y —resulta evidente―
se le fue de las manos.

Perséfone


Voy a escribir, a sorbos,
poemas exorcismo.
Porque el demonio es fuerte
y reseca mis belfos
de buey muerto de espanto
con el silencio estruendo
del río del olvido.

Superchería


Cocodrilos llorando sobre el mar de la muerte.


(Lampedusa)

martes, 21 de abril de 2015

Sudario

La palabra desnuda,
tras consumirse el último
rescoldo que alumbraba
sin calor el azogue,
se vistió de silencio.

Gran angular


No sólo de lucha contra la corrupción vive el pobre.

(Programa, programa, programa)

Ocaso

(naturaleza muerta)

La sombra del ciprés
se alarga hasta enlutar
las gerberas marchitas
que tapizan la cárcava
donde yace el pasado.

lunes, 20 de abril de 2015

Poética

Como Eco sin memoria
tropiezo en tus llamados
vez tras vez y de bruces
caigo a plomo y me rompo
la esperanza y la boca.
Y es mi agónica voz
ruego ferviente a Némesis
para que los estanques
se sequen a tu paso
y nunca en tu camino
te encuentres frente a frente
con la luz de un espejo.

Escenas sevillanas (23): Domingos en estado de excepción (Carlos Parejo)


Hoy todos los sevillanos presentan un cielo azul en el semblante, Se inicia la primavera y es domingo de ramos. El que no estrena (traje) se queda sin manos, dice el refrán local. El repertorio de trajes se declina en pretérito perfecto. La gama masculina de trajes de chaqueta con corbatas de colores tiene su día de único esplendor anual. Hasta a los niños se les permite abandonar los chándales y las camisetas y vestir delicadas chaquetas azules y pantaloncitos cortos celestes, y van muy peinaditos, como si fueran hombrecitos. Las mujeres abandonan sus sempiternos pantalones vaqueros y se lanzan a revestirse con trajes de mantilla negra o a estrenar conjuntos de tonos alegres y claros como acuarelas vivientes. Claro que también hay modas que anuncian un pretérito imperfecto. Mujercitas ataviadas con negros trajes de mantilla, pero minifalderos y tan ajustados que asfixian sus dulces vientres; y jóvenes, cuyos severos y clásicos trajes cuelgan de perchas, cuyas cabezas se peinan al estilo punkie o heavy, y cuyas orejas se decoran con zarcillos piratas.

(¢) Carlos Parejo Delgado

domingo, 19 de abril de 2015

Se manchen ya, ¡coño!


Se viene repitiendo hasta la saciedad que, en relación a los inminentes debates para la investidura ―o no― de Susana Díaz como Presidenta de la Junta de Andalucía, a ningún partido de la oposición le conviene retratarse hasta después de las municipales y las autonómicas. ¡Pues vaya irresponsabilidad! Después vendrán a contarnos el manido cuento de que todo lo que hacen lo hacen por el pueblo y para el pueblo e incluso hasta con el pueblo. Pero este calculado negarse a retratarse antes de, viene a indicar que anteponen, a los de las andaluzas y andaluces, los intereses de sus respectivos partidos. Como una vulgar Susana Díaz más, vaya: política de baja estofa. La política de verdad, la buena política exige a los que la desempeñan, mancharse, retratarse y hacerlo cuanto antes mejor. Por el bien de los pueblos, que a eso exclusivamente debería dirigir todas y cada una de sus acciones todo aquel que se dedica a la política. En política, señorías, para conservar la pureza, hay que mancharse, meterse en el barro. Desde el principio o nunca, señorías, desde el principio o nunca. Se manchen ya, ¡coño!

Dedicatoria

A…

¿Qué te pude haber dicho
que anhelase decir
y que tú tolerases
a la par escuchar?

Nada.

Porque ya nada queda
que te pueda ofrecer
y aceptes de buen grado,
excepto esta costumbre
inocua que renuevo
de año en año, este rito
sin razón, y el silencio.

sábado, 18 de abril de 2015

La venganza

Nunca le perdonó que le diese la espalda. Pobre de Blancanieves.

Epigrama sin poesía

ULTRALIBERALISMO: restringir
libertades al pueblo
al tiempo que se amplían
las posibilidades
para el libertinaje
con el que se enriquecen
las mafias de las élites
político-económicas.

(TTIPejos)

¡Campana y se acabó!

Quién le iba a decir a Rodrigo Rato que un día sería usado como chivo expiatorio por el PP para tratar de darle el lavado del gato a sus innúmeras vergüenzas.

viernes, 17 de abril de 2015

El club de la tragedia


Tras el lamentable espectáculo vivido ayer en el Parlamento de Andalucía, la tozuda realidad parece venir a demostrar, si es que hubo en algún momento la mínima duda, que la inestabilidad esgrimida en su día como falsa y burda coartada por Susana Díaz para disolver la Cámara andaluza y convocar elecciones, no estaba residenciada en modo alguno en Izquierda Unida, y sí en el despotismo cortijero y en la soberbia y la prepotencia de la candidata socialista a presidir la Junta de Andalucía.

Regímenes y máscaras

La sinrazón del éxito
y el fracaso en las urnas
es la viga maestra
que sustenta al sistema.

jueves, 16 de abril de 2015

Lo evidente

Ardiendo en mí, abrasándome
cuando, fiero, al ocaso,
se despoja el abismo
de su disfraz celeste.

Piruetas

Llueve. Es abril y llueve
a cántaros mudando
ciénaga intransitable
los caminos, saciando
el aljibe y la espiga,
desbordando las venas
de la tierra, arrastrando
a las cloacas las mierdas
de perro que salpican
las aceras abrojo
de la ciudad almena.

Cuéntame


“No me contéis más cuentos,
que vengo de muy lejos
y sé todos los cuentos.”

León Felipe

El photoshop histórico ―e histérico—desentierra las piedras con las que tropezamos en el pasado para hacernos caer de bruces una y mil veces más en el futuro.

miércoles, 15 de abril de 2015

Ley y Justicia

La ley, hoy en España, es el espejo deformante en el que, despojada de su venda, se mira con espanto la Justicia.

De genios e hijoputas

Escribe bien —me dices—, es un genio
de la imaginación y la palabra;
¿acaso importa, entonces,
que sea un hijoputa desalmado?
Importa. La palabra
no es neutral; puede ser
pipa de opio y anillo
en el pulgar del césar,
o arado, hoz y martillo.
¿Importa? Sí que importa.

martes, 14 de abril de 2015

Lo umbilical

Los hijos crecen. Con el tiempo
se alejan
—ley de vida—
y aprenden a valerse por sí solos.
Los poemas, en cambio,
por mucho que los años
pasen por ellos, siempre
precisan protección,
son seres desvalidos
y frágiles igual
que un animal recién
nacido (qué será
de mis torpes poemas cuando muera).

Mímesis (II)


cuando se despojó
de la última careta
descubrió con espanto
que había otra careta

golpeó el espejo
con furia y se hizo añicos

lunes, 13 de abril de 2015

Instrumentalización


Con tanto partido instrumental, los ciudadanos pueden terminar siendo, a la hora de votar, poco más que un mero instrumento de la confusión al servicio de la estupidez y el arribismo políticos.

Escenas sevillanas (22): Capital de las franquicias de moda (Carlos Parejo)


Son cientos, quizás miles de tiendas sevillanas y tienen casi siempre nombres anglosajones. Quizás son la mejor muestra del dominio del imperio yanqui y otrora inglés sobre el resto de seres humanos de este planeta.

Las tiendas franquicia muestran dos momentos de solsticio o plenitud al cabo del año: las rebajas de enero y las de julio, cuando los clientes como civilizados hunos, arrasan con toda la mercancía.

Las sevillanas somos adictas a su moda y las visitamos muy a menudo. Veneramos sus dictados luciendo prendas oscuras cuando llega el frío acompañados de rebecas de punto gordo, plásticos polares y capuchas de peluche. Éstos dejarían atónitos a los antiguos esquimales con sus abrigos de pieles. Y, con la venida de los días calurosos, gracias a estas tiendas nos metamorfoseamos en marineritas de agua dulce con nuestros conjuntos a rayas azules y blancas, elegantes ibizencas de vestidos blancos y vaporosos, o amazonas grunges de pantalones rotos y camisetas rajadas desde los sobacos a las cinturas, que dejan entrever un colorista sujetador.

Las más fervientes adoradoras vamos a estos templos de consumo dos veces por semana. Es cuando cambian todos los géneros y llegan las novedades. Además, cuando te acontece cualquier contrariedad y desgracia ya casi no te llegas al cristo o la virgen predilecta a interceder a lo divino, sino que te vas a estas tiendas franquicias, te pruebas media docena de prendas, te compras alguna para devolver mañana, y sales de allí tan ancha y campante, curada de males y espantos.

Por si fuera poco, con estas tiendas la moda se ha vuelto cada vez más barata e igualitaria. Y si no, observa el aburrimiento de las dependientas de las tiendas que antes te envisceraban con prendas que valían un huevo o un riñón, de esas boutiques –tan pretenciosas ellas- cuyas ropas te distinguían personalmente, e incluso de aquellas tiendas de barrio que te ofrecían ropa buena, bonita y barata, para pasar desapercibida. Todas estas antiguas tiendas duermen como osos en un profundo letargo invernal, mientras les llega su decadencia y cierre final. Y, mientras tanto, las empleadas de las tiendas franquicia del centro histórico no paran de doblar a destajo esa montaña de prendas puestas por cualquier lado por sus clientas, y devueltas una y otra vez al orden de sus expositores.

(¢) Carlos Parejo Delgado

domingo, 12 de abril de 2015

Mímesis

Hurgar en las metáforas
con afán de termita
hasta dejarlas
huecas
para luego preñarlas
con el esperma huero
de un nuevo sinsentido

Colmarlas con miríadas
de huevos como ofrenda
infecunda a la bestia
que agoniza sin tiempo
ni lugar en las heces
que dan cuerpo al silencio
y en un último grito
animal sumergirse
en las aguas de azogue
sin fulgor del abismo

De escarcha e implosiones

Huellas anónimas
que borrará el oceáno.

sábado, 11 de abril de 2015

Xinef evá

Cuando el poema
no es más que un epitafio,
sobran exordios.

La herida en la lengua, de Chantal Maillard.


Recién acabo de digerir “La herida en la lengua”, de Chantal Maillard. Un poemario que me ha dejado casi sin sustantivos. Pero con el adjetivo "excelso" brotando arcada tras arcada de la boca y abrasándome la lengua. Qué hermoso y abrupto tránsito, a lomos de la solidaridad y la empatía, desde el dolor, a veces cierto, a veces impostado, de la herida en la lengua propia, hasta alcanzar el territorio en el cual se siente como un hierro candente en ella, la llaga, el grito de dolor o balbuceo de los que no tienen voz, de los que no tienen lengua, de los desposeídos, de los olvidados, de los que no son más que carne putrefacta puesta a la venta a saldo en los incívicos y criminales muladares del autodenominado mundo civilizado. Imprescindible.

"Por sobrevivir, cualquier animal embiste las paredes de su celda, atraviesa continentes, camina hasta extenuarse, desplaza a otros, se defiende y mata. Ninguno, sin embargo, esclaviza a otro por provecho o diversión, ninguno encarcela a otro para contemplar las piruetas que da tratando de hallar la salida. La crueldad no son las fauces del tigre en el cuello de una gacela, no, la crueldad es moral, y la moral es humana. La estupidez también."

Chantal Maillard ("La Herida en la lengua")

El silencio

No fue posible
pasar de las palabras
a lo hecho, pecho.


Fotografía: Tufan Karayagiz

viernes, 10 de abril de 2015

Lo malherido

"...porque aún tengo la vida."

Miguel Hernández

Todo muñón
anhela ser tocón
reverdeciendo.

Deconstrucción


El hombre-lobo es lobo para el hombre rumiante, el hombre-bobo
que, con los ojos turbios, se sueña a corto plazo,
ocupando la cúspide
de un zigurat en ruinas
de carroña e idiocia,
                                   devorando.


Hay que arrasar los prados ―derribar las pirámides—
hasta secar con cal, vinagre y fuego, el tuétano del hongo y la

    amapola,
y, repartiendo el hambre, sembrar en las cenizas, en los surcos

    sin gula
ni colmillos
                    pan ácimo.

jueves, 9 de abril de 2015

Canción pirata


Hasta hace poco, como supongo le habrá sucedido a algunos otros o a muchos, he venido sufriendo con preocupación creciente, el goteo interminable de casos de corrupción —ya a estas alturas inmisericorde y pertinaz diluvio—, que está empujando a esta España “nuestra” de esperpento y charanga devota de toreros y la Esteban, que padecemos, al fondo del más insondable de los abismos.

Pero esta preocupación, de súbito, se ha mudado en pavor. Porque, tal vez por seguir la estela de la realeza, los cargos públicos presuntamente culpables, casi al unísono, comienzan a esgrimir como coartada para tratar de acreditar su inocencia, no haber realizado ―por carecer de los conocimientos necesarios para ello— los servicios públicos para los que habían sido designados, habiéndose limitado por tanto nada más que a firmar todo aquello que les ponían por delante sin molestarse en leer la letra pequeña. Ni la grande. Es decir, afirman sin decoro alguno ser unos absolutos incompetentes. Pero unos incompetentes, eso sí, remunerados con unos sueldos de lo más apañados, tan sólo por estampar su rúbrica en lo que se me antoja no era para ellos más que un cheque en blanco al portador. No entro ahora a valorar si, a cambio, recibían algún tipo de comisión.

Pavor y escalofrío, sí. Porque siempre será preferible navegar en un desvencijado cayuco comandado por un pirata curtido en los siete mares, que hacerlo en el mejor de los bajeles al mando de, por ejemplo, un nómada del desierto.

Así que a estos trashumantes de la puerta giratoria, ya no les queda otra que dimitir o ser cesados de todos sus cargos públicos, por su incompetencia declarada. Porque en esto no hay más tutía, y, de ser tal como alegan, la responsabilidad política –por su irresponsabilidad manifiesta- queda más que demostrada. En cuanto a la responsabilidad civil o penal, siempre, presunción de inocencia.

De lo cóncavo

Visión ―entre
penumbras— cada 1000
años luz ―y me
digo
“no puede haber ni habrá
algo tan
parecido
nunca a la eternidad”

Luego
cierro los párpados
—un gesto que
pretende
en vano retenerla en mis
pupilas
ventanales sedientos
de estrellas al
ocaso

La cuasi eternidad se
desvanece
nunca fue nunca estuvo

―y crecen en mi adentro
fractales el
abismo lo
cóncavo las
sombras

miércoles, 8 de abril de 2015

Poema ateo


Si existieran,
serían
—pobres diablos—
poetas.

Ilustración: Edvard Munch