A…
¿Qué te pude haber dicho
que anhelase decir
y que tú tolerases
a la par escuchar?
Nada.
Porque ya nada queda
que te pueda ofrecer
y aceptes de buen grado,
excepto esta costumbre
inocua que renuevo
de año en año, este rito
sin razón, y el silencio.
Siempre es posible reinventar una relación, poniendo la cara b del disco
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