viernes, 24 de julio de 2009

La inútil persistencia del rocío

A Enrique de A.F.,
que nos ha dejado inesperada y prematuramente.

A veces me consume un pensamiento
Más negro que una noche sin crepúsculos:
Patíbulo en la niebla que reclama
El cobro sin demora de su préstamo.

No alcanzo a comprender porqué motivo,
Mas siempre que me asalta tal suplicio,
Recuerdo desolado aquel incendio:

La tizne en el lamento campesino

Mudando el porvenir en desarraigo
Y en rabia e impotencia extintos sueños;

El ciervo, el alcornoque, calcinados,

Legando a la humareda y las cenizas
El germen contenido en su abolengo;

La inútil persistencia del rocío,

Cambiada su frescura y transparencia
En légamo azabache sin aliento;

Ancianas encorvadas bajo el peso

De tanta muerte súbita en sus lágrimas
Barriendo el vasto hollín de sus adentros…

A veces en la noche un pensamiento
Irrumpe como escoria entre mis sueños:
La vida, igual que el bosque, es una pira;
Mas no ha de renacer tras el incendio.

jueves, 23 de julio de 2009

Sus medias naranjas


AQUELLA tarde, cuando se encontraron a solas en el guardarropas mirándose frente a frente, el abrigo anaranjado de señora y la gabardina azul de caballero no pudieron evitar sentirse profundamente turbados. Ninguno de los dos había estado nunca antes a solas en un guardarropas con una prenda de vestir del otro sexo y ahora ambos se sentían igual que si estuviesen completamente desnudos; si no se sonrojaron fue sencillamente porque carecían de rostro, de piel -a decir verdad, y afortunadamente para, entre otros seres vivos del reino animal, las chinchillas, ambos habían sido fabricados con fibra sintética al cien por cien- e, incluso, de ojos que les permitiesen percibir el rubor ajeno. No obstante, ninguno de los dos era capaz de apartar sus pupilas de las del otro y bien pronto, como ha sucedido siempre que un abrigo anaranjado de señora y una gabardina azul de caballero se han encontrado por primera vez a solas en un guardarropas, comenzaron a intimar.

Tampoco fue necesario mucho tiempo para que se desatasen como un alud los chismorreos al respecto. Todo comenzó cuando un impermeable rojo de nailon comentó a una camisa de seda a rayas verticales verdes y negras que aquella relación libidinosa y soez era, amén de pecaminosa, toda una inmoralidad y que era necesario hacer algo al respecto; al fin y al cabo, la gabardina azul de caballero hacía tiempo que mantenía una relación estable con un traje de pana gris marengo y bajo ningún concepto podía permitirse que aquel vulgar abrigo anaranjado de señora la pusiese en peligro alguno.

-No es más que una libertina y sucia ramera -gritó indignada la camisa de seda.

-Sí. Y, además, desde que se separó del vestido rojo con el que convivió tantos años, nunca se la había visto tan feliz como ahora -replicó el impermeable, cegado por la envidia y la ira.

Sólo unas horas después, arengada y capitaneada por el sanguinario impermeable de nailon, una voraz e irracional turbamulta formada por chaquetas, faldas, bufandas, corbatas, chalecos, sombreros, calcetines, camisas y todo tipo de prendas y complementos de vestir irrumpía en el guardarropas donde, en esos instantes, el abrigo anaranjado de señora y la gabardina azul de caballero charlaban amigablemente.

-¡Veis! -gritó roja de cólera la camisa de seda a rayas verticales verdes y negras-, han estado haciendo el amor a escondidas. Esto supone un escándalo inaceptable. ¡Castigo a los pecadores!

Y fue así como, mientras el abrigo anaranjado de señora y la gabardina azul de caballero, sin dejar de mirarse por un instante, se consumían en la hoguera de la falsa moral y la intolerancia; afuera, tan sólo cubiertos por los ásperos ropajes del odio, aquéllos que se habían abrigado con ellos, hacían impúdicamente la guerra con el crepúsculo anunciándose sin que nada ni nadie creyese necesario censurarlos.

Ilustración: Vladimir Kush.

martes, 21 de julio de 2009

Un elogio más de la locura


SON, a menudo, los que, con mucha o con poca, no han sabido sacar el suficiente provecho de su inteligencia, los que una y otra vez suelen pretender pasarse de listos. Craso error, por cierto, y aun siendo por falta de luces, éste de confundir la temeridad con la audacia.

Más vale prevenir


EN ciertas ocasiones -difícil saber cuáles de antemano-, una verdad en público puede llegar a ser tan dolorosa o más que la mentira privada por la cual fue desencadenada. Sed sinceros.

lunes, 20 de julio de 2009

Ruina...


Cuando se ha muerto
por dentro en la fachada,
sólo la piedra.
Balcones sin cristales
y en la puerta candados.

©Diosa(E.M.R)

Desde las ruinas
del palacio sin reina,
brota un tesoro:
semillas celestiales
ornando los altares.

El Éxodo

domingo, 19 de julio de 2009

Un haiku de Basho


¡Cómo me gustaría
lavar el polvo del mundo
con esas gotas de rocío!

Basho

sábado, 18 de julio de 2009

El amor


CUANDO terminó de arreglarle el cabello, ella, con las escasas fuerzas que aún la asistían, se retorció por un breve instante sobre su inseparable silla.

-¿Qué sucede, María. Es que, acaso, no te gusta tu nuevo corte de pelo? -preguntó con dulzura la enfermera.

María, como desde hacía ya más de cinco años, no pudo decir nada; se limitó nada más que a fruncir casi imperceptiblemente el entrecejo.

-¡Vaya, veo que, pese a los años y los achaques, sigues conservando intacta toda tu coquetería! Está bien, bajo a la cafetería a tomar algo y en seguida vuelvo para depilarte las cejas.

María esbozó una leve sonrisa; su hijastra la conocía mejor que si la hubiese parido.


viernes, 17 de julio de 2009

En las ruinas de Heian-Kyo


ERA el último espécimen de su clase: una monarca. Cuando presintió el fin, como canto de cisne, batió con fuerza sus alas; y nada. No se desató una tormenta en Beijing, ni floreció una rosa en Damasco, ni dos adolescentes, entre espasmos, se prometieron quererse por siempre en Morelia. Sólo hubo aridez, quietud y silencio.

Paroxismo



Un viento gris, dinámico horror vacui,
Desahucia al firmamento a tabanazos:
Barroco sin destellos, infecto de ordalías.

Los pájaros,
----------------- inquietos,
Presienten en sus trinos,
Voz de alarma,
Al turbio repujado desplomando
Esquirlas que ya fueron sal y espejo,
Medusa y nieve,
Pájaro y rocío.

Desmelenado, el bosque, abre sus labios
Sedientos por el suelo hechos raíces
Que empreñan horizontes con su alquimia,
Mudando el mineral materia fértil.

De súbito en lo lóbrego acontecen
Fulgores como espada, un vasto estrépito;
Y en torno al fuego crece un miedo atávico,
Resumen de los flujos y la luna,
Comienzo y fin, amor y muerte, pánico
Conjugado en pretérito imperfecto,
En tanto, tímida, una flor

--------------------------------- respira,
Sus branquias anegadas por la bruma,
Y en el muro, arropados por las sombras
Falaces y balsámicas que habitan las hogueras,
Inquietos animales –horror vacui
En busca de un anclaje en el abismo-,
Con sangre de una virgen devastada
Ligada a la ceniza de su rizos
Y al néctar de sus globos oculares,
Eternamente ardiendo y ululando
Dibujan providencias inventadas
Que emboscan su hipodermis de quimera
Debajo de arcangélicos pelajes.

(Y en el séptimo día dijo el Hombre
Cegado por el miedo:
----------------------------- “¡HÁGASE DIOS!”…

Y el barro sin aliento mudó en ídolo).

jueves, 16 de julio de 2009

El tiempo no nacido


El tiempo que murió sin ser nombrado
Habita las pupilas de la noche

Ciego
Frugal
Como un fantasma

Tiempo sin lengua hambriento
Y a veces
Mar sin alas

miércoles, 15 de julio de 2009

Poema del agua -X- (un poema de Manuel Altolaguirre)


Turbios verdes profundos barcos mecen,
desorden de tormenta presintiendo
al encrespar sus vértebras de vidrio.
Nebuloso paisaje cimas hunde,
techando con sus grises aires presos.
Banderas de aluminio. Curvos torsos.
Litorales de fango. Bulla y frío.
Náufragas olas llegan a la orilla.
Luego, la noche. Dentro de los barcos
hombres y dados cambian de posturas.

martes, 14 de julio de 2009

Skade


-¿Por qué tiemblas así, Flor de Salitre?

-¿Así?, me inquieres; no comprendo.

-Cual llama en una vela batida por el viento.

-Será tu aire arcangélido.

Sin noticias de Tiresias

La tierna cicatriz que urde la noche,
Se muda herida abierta sobre el músculo
Sistólico y diastólico al crepúsculo,
Manando bilis negra a troche y moche.

Y rauda en la odisea del fantoche
Al cual fueron los sueños leve opúsculo,
Se cierne la nostalgia, un mar mayúsculo,
Con pico corvo y garras de alimoche,

Brutal descuartizando el calendario
Y luego devorando los jirones
Del tiempo entretejido en el sudario

Del rey de Cefalonia. Qué ilusiones
Tan vanas, en las zarpas del sicario
Del Leteo, los sueños sin ancones.

Ilustración: Tiresias y Odiseo en el Hades, de Johann Heinrich Füssli.

lunes, 13 de julio de 2009

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Valor y precio:
De rosas, no diamantes,
Los yacimientos.

domingo, 12 de julio de 2009

Crisis, what crisis?


CUANDO le comunicaron que había sido nombrada empleada del mes se sintió tan reconocida y valorada por la efímera notoriedad obtenida, que decidió ponerse al frente de las reivindicaciones laborales de sus compañeros de trabajo. Tan sólo unas semanas después, tras serle notificado su despido, no pudo dejar de pensar que quizá lo mejor hubiese sido haber pasado desapercibida.


Ilustración: El Roto.

sábado, 11 de julio de 2009

La visión


Me abismo desolado entre las sábanas
Tratando de soñar con otras flores

Pero la ortiga

Ay la ortiga

Irrumpe con su cáustica mirada
Y abriéndome los ojos
No obstante

No me sana

La semilla del odio


TRAS el estrépito de huesos rotos y cristales reventados y manchados de sangre, el atronador y pertinaz silencio les indicó que no había heridos que celebrar. Así, amén de un nutrido equipo de psicólogos, tan sólo serían necesarios, con carácter urgente, los servicios funerarios. Todo un contratiempo para aquellas voraces e inmundas alimañas cuya mayor satisfacción no era otra que la de regurgitar su odio impúdico y salvaje tras alimentarse con gula del dolor ajeno.

viernes, 10 de julio de 2009

La comunicación de las emociones

No sé cuál fue la palabra primera que dijo el primer filósofo del mundo. La que dijo el primer poeta fue: ¡Ay!

León Felipe

PUEDE que sea el lenguaje poético –muy por encima de la mera palabra, la rueda, el teléfono, la televisión o, entre otros, las modernas tecnologías de la información y la comunicación- el mayor avance habido hasta la fecha para propiciar procesos de acercamiento, interlocución y entendimiento entre los seres humanos. Porque la poesía –manifestación ya tan antigua, que no anticuada, de nuestro espíritu-, más allá de comunicarnos en el plano intelectual, tiene la gran facultad de poder hacerlo en lo emocional, alma con alma, suspiro con suspiro, lamento con lamento, corazón a corazón.

Y, en el aberrante contexto de unos tiempos –“nuestros” tiempos- en los que las relaciones humanas se hallan penosamente mediatizadas por el estruendo de la falacia y los dobles lenguajes, y un culto exacerbado hacia el individualismo, el pragmatismo, la competitividad y el éxito, así como por la creciente devaluación y casi desaparición del sentimiento y la emoción de nuestra corrompida escala de valores, tal vez sea esa misma facultad la que ha llevado a la poesía a vivir una de sus épocas más bajas desde sus orígenes, ese primer lamento del que nos habla León Felipe. Porque el fin último de la comunicación no debería ser otro que el de tratar de encontrar la verdad, y para eso, como también nos dejo dicho el gran poeta de Tábara, no hay que organizar el cerebro sino reventarlo, hacerlo explotar, porque “la verdad está más allá de la caja de música y del gran fichero filosófico”.

Sí, así como para la verdad y la empatía, hoy corren malos tiempos para la lírica. De modo que, si no quiere contribuir a que el ser humano lo sea cada vez menos como consecuencia de la incomunicación y lo prosaico, ponga un poema en su vida o, mejor, ponga su vida en la poesía.

jueves, 9 de julio de 2009

Paracaídas

CUANDO saltó tuvo la impresión de jamás haber vivido una aurora tan limpia, tan calma, tan celeste. Pero pronto se nublaron sus sentidos.

Aferrado a la anilla con sus dos manos, y pese a que a 200 kilómetros por hora apremiaba como nunca la distancia, fue evaluando sin prisa alguna todos y cada uno de los pros y de los contras. Tras asumir la decisión, ni un leve escalofrío, ni un solo instante de pánico. El firme convencimiento de no disponer de otra alternativa que la de arrojar de una vez para siempre la jodida y mugrienta toalla, junto con la inminencia del brutal y liberador impacto, habían obrado al fin el arduo prodigio de que lograse dejar atrás todo recuerdo, cualquier anhelo, afectos y añoranzas, su escuálido amor propio. Tan sólo, en un acto reflejo del que no llegó a ser consciente, apretó con tal fuerza los dientes, que las encías comenzaron a sangrarle profusamente.

E, insensibles, se hicieron las tinieblas.

Ya era noche cerrada cuando, sin una mínima noción de espacio ni tiempo, y sin atisbo alguno de sorpresa ante la evidencia emergente de continuar aún con vida, despertó tan plácidamente que llegó a pensarse de nuevo en el útero materno.

Efímera calma. De súbito, un flas, la caída… y otra vez, perra, la náusea.

Contrariado y frenético, inició una, no obstante, minuciosa exploración de su alma putrefacta, en la esperanza de encontrar la novedad de otro desgarro ornando, sangriento y perentorio, el triste supurar de la carroña. Nada nuevo; ni un liviano hematoma que añadir a la sangría. Fue cuando se percató de que lo había asistido la puñetera mala fortuna de ir a dar con sus huesos sobre un descomunal montón de húmedo y cálido estiércol.

-¡Mierda! –se dijo, mascullando vértigo.

miércoles, 8 de julio de 2009

La humareda


En esta noche parca de ilusiones,
Impúdico el semblante de Selene…
¡Qué pálido refleja mi tristeza!

Con ansias de evadirme del presagio
Que augura un macilento albor de eclipses
Me adentro entre tinieblas de ababoles;

Y el tóxico sopor de adormideras
Me sume en áureos sueños de trigales
Mesados por los dedos de un deseo

Que en lúbrica aleación con el rocío
Al alba se pincela del celeste
Seráfico de alados querubines.

Mas crece la amapola igual que un fuego
Tiznando de encarnados las espigas
Exangües ya, esquilmadas por los cuervos;

Y un manto de cenizas tenebrosas
Se eleva ennegreciendo el firmamento
Tan parco de ilusión y ahíto de parcas.

martes, 7 de julio de 2009

Como arcángel caído



Del fondo de la tundra cenagosa,
Lindero entre el insomnio y la fatiga,
De súbito un ensueño emerge alado
Y anida como un pájaro en el alma
Del árbol que, entre el hielo, seco y solo,
Sucumbe con la savia hecha cristales.

Y anega de ilusión la duermevela
Que, muda, acoge sólo musgo y liquen,
Quebrando con su cántico la escarcha:

Un trino embriagador cual vino joven
Que alumbra un breve instante la esperanza,
Mudándose después brutal resaca
Que arrastra entre sus olas la ala rota
Al piélago voraz de la congoja.

(No cansa entre los témpanos lo yermo;
Agota en su salmuera la ilusoria
Y enjuta redención del espejismo).

lunes, 6 de julio de 2009

La molienda


CUANDO al fin comprendió que eran gigantes, ya estaba destrozado por sus aspas.

Anemia


Anémico de ausencias ya no aguanta
Por más tiempo el transcurso de las horas
Que, en noches de desvelo, turbadoras,
Le anegan de añoranza la garganta.

Sin sueños, de nostalgia se amamanta;
Agónico recuerdo que, a deshoras,
Irrumpe en su razón y, en sus esporas,
De acedo desaliento lo atraganta.

E implora a los infiernos que el olvido
Lo mismo que maná sacie el desierto
Hambriento que enflaquece su sentido;

Pero hacen sus demonios que despierto
Sin calma ni ilusión, aúlle abatido,
Ansiándose en la amnesia de lo yerto.

domingo, 5 de julio de 2009

Cortinas de humo


“hoy sabemos
ya sin asomo de duda
que se lleva el mundo por delante”
Jorge Riechmann
QUE el actual modelo socioeconómico que subyuga a este mundo esté o no agotado es un debate estéril que no debería ocupar un solo instante de nuestro tiempo. Lo verdaderamente preocupante del modelo, lo que debería hacernos reflexionar, es su carácter agotador. Es éste, y no otro, el quid que puede hacernos vislumbrar con la suficiente nitidez la cada vez más urgente necesidad de un cambio radical en nuestro aberrante modo de ver y hacer las cosas.

Ilustración: El Roto.

sábado, 4 de julio de 2009

El telar de las lobas


Aquella aurora, tras confiarnos a la protección de Minerva y bien armados, iniciamos sacrosanta peregrinación rumbo a la necrópolis en la que se alzaba desde los más remotos abismos del destiempo el mausoleo al soldado desconocido.

Según la leyenda, tan egregia morada no fue en su origen más que una tumba humilde en un cementerio sin deudos ni flores. Pero, con el tiempo, comenzaron a correr rumores que especulaban con la, por otra parte, descabellada idea de que los despojos putrefactos y sin paz que allí yacían sin vida eran los de un aguerrido y apuesto general, famoso tanto por su condición de bastardo y aristócrata como por su pertinaz anonimato. Un buen día esos rumores, cansados de vagar a toda prisa de boca en boca y sin destino, se detuvieron sin previo aviso y se quedaron para siempre. De modo que las autoridades competentes no tardaron mucho en ornar tumba y camposanto en debida consonancia con el rumoreado abolengo del presunto finado.

Conforme avanzábamos como plaga perpetrando al unísono himnos aberrantes y sin lengua, no nos faltaron oportunidades. En consecuencia, al dar término a nuestro periplo, llevábamos minúsculas partículas de huesos y vísceras tibias entre los dientes, jirones de piel desollada y aliento pagano prendidos a las uñas, y las manos manchadas de sangre en cenizas y nauseabunda tierra coagulada.

Allí todo parecía ya estar bien dispuesto para la liturgia. Sobre el altar de obsidiana y estiércol una hermosa y nívea doncella desnuda como el mármol gemía aterrorizada en tanto un chamán estulto y sifilítico blandía amenazante en las tinieblas un descomunal e ignominioso machete oxidado, y frotaba con fruición su prepucio purulento, deforme y estéril contra la tersura fértil, trémula e inmaculada de los más que apetitosos senos de la destinada al sacrificio (qué infame desperdicio, podría haber pensado cualquiera. Pero estaban prohibidas las lobas negras). La muchedumbre, extática y precoz, se masturbaba y eyaculaba sin cesar a borbotones y con ansias crecientes por ser oscuro objeto de sodomítico deseo.

De súbito, con sombras, machete y prepucio confluyendo sanguinarios en su cenit, insólito un balido negro, proferido blasfemo con flagrante nocturnidad y alevosa licantropía, quebró el callado estrépito de semen y gozo malversados, alumbrando una certeza en mitad de las mazmorras.

- No os dejéis embaucar, no; no fue general ni soldado innominado. Fue una tejedora soberbia, mas de ternura libidinosa, que, acosada por el puritanismo belicista, inquisidor e impotente de la moral eunuca y obscena al uso, decidió pasar a mejor vida -es un decir- colgándose del cuello hasta morir en un olivo milenario de látex y vellón con sabor a falacia y rancios mandamientos.

Fue cuando, turbada ante la visión del chamán cercenando y engullendo sin apenas masticarlos todos y cada uno de sus cientos de miles de hediondos testículos gonorreicos, la muchedumbre se inmoló entre pusilánimes y retorcidos alaridos rumiando flor de acónito. Yo no hice ademán ni de tocarla, mucho menos de llevármela a los labios; cuestión de alergia y puede, que un poco de buen gusto. Así que, desde entonces, formo un voluptuoso trío junto con la ex-doncella desnuda de apetitosas tetas -por no hablaros de sus nalgas firmes y delicadas como la seda- y la inesperada por infiel oveja negra, la cual, por cierto, ha resultado toda una loba sin hiel, bajo su ajena aneja y nada añeja piel de miel y cordero. Me enloquece obedecer para dejarme caer entre sus hilos y allí ser a fuego lento devorado.

Ilustración: Las Hilanderas, de Velázquez.

viernes, 3 de julio de 2009

Estragos


Des(h)echo,
Ya
No puede
Más,
Se siente
Basura.
Sus recuerdos
Ilusorios,
Basura;
Despreciado
Su presente,
Basura;
Su mañana
Sin crepúsculo
Basura;
Sin bitácora,
Basura
Su camino;
Basura
Su horizonte;
Basura
Su alma en pena;
Basura
Su dolor.

jueves, 2 de julio de 2009

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Arde el siroco
bajo un halo naranja;
pálida luna.

"El último error", premiado en un certamen de hiperbreves



Cuando acudieron los buitres, se hizo la muerta.

(Este relato hiperbreve, que escribí allá por febrero de 2007 y aparece publicado en este mismo blog, ha obtenido hace unos días el segundo premio en el concurso de hiperbreves organizado por rdeditores.)

miércoles, 1 de julio de 2009

Exceso de velocidad

Crepita de impotencia la esperanza
Mudándose en monótona ceniza
Que, gélida, en la inercia del asfalto,
Agita los silencios y las sombras,
Veloces como vértigo, a destajo.

Cerrar los ojos;
Estrépito de chapa y huesos rotos
Ligado a un estallido de cristales
Libando de la sangre abandonada,
Y, al fin,
Descanso, olvido, paz,
La nada.

Un premio para Marcos Ana




Tras 23 años en las cárceles franquistas. Marcos Ana recuerda con generosidad, sin resentimiento alguno: “No siento ningún rencor; me sentiría muy desgraciado si así fuera. Al haber sufrido tantas calamidades soy incapaz de generar venganza. La venganza no es ningún ideal político ni revolucionario. La única venganza a la que yo aspiro es ver un día el triunfo de los ideales por los que he luchado y por los que tantos hombres y mujeres en España perdieron su vida o su libertad”

Por ello y mucho más una plataforma ciudadana está recabando firmas para que a Marcos Ana le sea concedido el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2009.

Para apoyar la iniciativa citada entra aquí.