A veces miramos al norte y los insultamos por las carestías que padecemos, pero los negreros los tenemos en casa, comiendo en fuentes de opulencia y lapidando nuestro futuro con la gula y la soberbia del sur.
A veces miramos al norte y los insultamos por las carestías que padecemos, pero los negreros los tenemos en casa, comiendo en fuentes de opulencia y lapidando nuestro futuro con la gula y la soberbia del sur.
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