"Los toros nerviosos son como las mujeres, la que se deja se deja y la que no se deja creo que comete un error."
Miguel Jesús "El Cid" (matarife de astados, apologeta de la violencia de género y, muy probablemente, violador en potencia)
Luego vendremos a preguntarnos por las causas de la violencia machista. O de la violencia sin más. A preguntárnoslo estúpidamente. Porque, con sujetos así ―que se tienen que vestir de luces para enmascarar las tupidas sombras que constituyen casi en exclusiva sus nauseabundas y hediondas cloacas cerebrales, y que, no obstante, son elevados a la categoría de héroe por los medios en lugar de ser reprendidos y procesados por apología del terrorismo de género―, pa' qué preguntarnos más.
Yo amo las cloacas cerebrales, pero no amo a los héroes, a los medios o al sacerdocio de las buenas prácticas y costumbres (extrapolarles a cualquier variopinta ideología o religión). Creo que a veces hablamos de más y nos dejamos llevar por el "interiorismo de género", cierto feng shui machista (supongo que este eufemismo se te atragantará en el alma), pero también pienso que no debemos reprender ni procesar genéricamente.
ResponderEliminarYo, afortunadamente, no tengo alma. Como el toro. Sólo la tienen, o eso creen, los desalmados. Soy un ente consciente de su caducidad y, por ende, científico.
ResponderEliminarEl Terrorismo de género existe, es una gran verdad, tan antigua como el Arca de Noé
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