A la vista del hambre
y otras lacras que asolan
nuestro tan demacrado
planeta, en ocasiones,
cuestionamos el gasto
ingente que supone
la carrera espacial.
Nos falta perspectiva
para entender que existe
una razón de peso
que avala todo tipo
de esfuerzos dirigidos
a conocer a fondo
los misterios del cosmos:
seguro que ahí afuera
aún nos quedan innúmeros
mundos por destruir.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
(Houston, Houston, tenemos un problema:
Aún siendo el objetivo que nos mueve
conquistar y arrasar
nuestro entorno ya sea inmediato o remoto,
en el comunicado
difundido en las redes se ha colado un gazapo
que pudiera dejarnos, quizás, en evidencia.
Rogamos se corrija y donde dice
“destruir”, diga en cambio
—da igual que sea mentira―“descubrir”.)
Nuestra destrucción equivale a arrasar un grano de arena en el universo, aun así nada carece de valor.
ResponderEliminarParece que ahora trabajas en Arenosillo colaborando con Houston
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