Que, en un partido que se pretende socialista, hagan y deshagan a su antojo, unos sujetos apoltronados y vividores dedicados nada más que a pontificar en favor de los intereses de los capos de los poderes fácticos, y que a tales impresentables se les denomine fuera y dentro del propio partido, barones, lo dice todo.
Algo de medieval si que tienen, para que sólo las primarias los frenen
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