La fe mueve montañas
sólo al ojo colmado
de espejismos del ciego.
No frenes el avance
del muñón al aguardo
de que vengan a ti
semovientes las aguas
que dan alma a las cumbres.
Y si vinieren, guárdate
del alud piroclástico,
edecán de las sombras.
Texto Geográfico espriritual
ResponderEliminar