lunes, 26 de mayo de 2014
Los límites difusos
Te cargo en la pupila
-cuando sueño-
y en las cuencas vacías
de mis ojos sin hálito
cuando aprieta el insomnio,
igual que una elegía.
Serás hasta mi fin
aquello que más quise y nunca tuve,
el rigor de la muerte.
1 comentario:
Anónimo
27 de mayo de 2014, 6:32
Más rigor que el de los muertos, ninguno
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Más rigor que el de los muertos, ninguno
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