El rostro de Susana Díaz, una vez
conocidos los resultados de las Europeas, era como el esos
futbolistas que se muestran exultantes por haber marcado el gol del
honor en un partido que su equipo acaba de perder por goleada. Ha
nacido una estrella. ¡Susana, Selección! ¡Susana, Selección!
Hay gente que dejándose llevar por la inercia puede llegar a la cumbre sin mérito ninguno
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