Desde el fino aguijón de la nostalgia
–pierdo pie– me despeño.
–pierdo pie– me despeño.
(Tanto soñarme albatros
y esta ráfaga inicua
de terral me sorprende
transmudado en gallina,
despierto, en tenguerengue).
y esta ráfaga inicua
de terral me sorprende
transmudado en gallina,
despierto, en tenguerengue).
La nostalgia más que el aguijón es el veneno que circula por la sangre ante el recuerdo de los momentos felices
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