lunes, 16 de septiembre de 2013

Las décadas olvidadas (1): Su primer partido de fútbol (Carlos Parejo)


Comenzaba la década de los setenta. Iba a cumplir trece años. Después de almorzar cruzó andando media ciudad de Sevilla para llegar antes de las cinco al campo de fútbol. Llevaba en sus manos pan con chocolate para la merienda, envuelto en papel de plata. Y en sus bolsillos, ni un céntimo. Entonces no había carriles bici, ni los padres daban paga semanal para coger un autobús, y mucho menos hacían de taxistas de su progenie adolescente. Las entradas infantiles eran gratuitas para Gol Norte. Las repartían en el colegio. Lo primero que le llamó la atención fue la enorme y bien cortada pradera de césped del campo de juego. Imaginó instintivamente un parque londinense. Lo segundo, el griterío reinante y la enormidad de las gradas, tal como sería un circo romano. Lo tercero, ver aglomerada la variopinta sociedad masculina sevillana en tan poco espacio. Los uniformes identificaban a cada cual. Aún no había llegado la moda sport y casual que tanto nos iguala. El obrero con su mono azul y su fiambrera de mimbre. El funcionario con su traje gris y corbata azul. El estudiante con su traje de pana verde o marrón… Y, por último, pensó en la sutil frontera entre la cordura y la locura humana. Junto al mítico portero del Atlético del Bilbao, Iribar el chopo (llamado así por lo espigado que era y vestir siempre de negro) había un grupo de exaltados. Todo el partido estuvieron tirándole cosas, desde papel higiénico a mecheros; insultándole fieramente, e incluso escupiéndole. Más cerca de donde se encontraba estaba el gracioso sevillano, que sacaba un chiste de cualquier lance de juego, contagiando de la risa a los espectadores inmediatos.

(¢) Carlos Parejo Delgado

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