Los dedos de la niebla son arpones.
Mis ojos un atún encebollado.
(NOTA AL PIE dirigida
al lector temerario:
No leas estos versos,
míralos como un cuadro
y, en tanto se te escapa
el alma por la boca,
experimenta el vértigo,
el éxtasis salvaje
del horror de lo agónico
corrompiendo tu sangre.)
ResponderEliminarHoy estamos dramáticos!! (pero a ti todo te sienta bien)
Menos mal que soy una lectora valiente.
Besos
Qué rico el atún encebollado, de ahora en más pensaré que devoro tus ojos!
Si me dijeran que tengo ojos de atún encebollado ¿Tendría que alegrarme o llorar?
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