de echar a la basura toda estética
y ponerme a escribir poemas puercos
y hediondos como un pedo o un eructo.
Poemas que describan en su versos
enormes falos defecando semen
en anos apestosos y profundos
igual que una cloaca en que las ratas
devoran babas, mocos y excrementos
-por no decir, mejor, que comen mierda,
que es mucho más vulgar y escatológico.
¿Y es que no es eso, acaso -me pregunto-,
quiero decir la mierda,
la esencia de la vida, aun más la vida misma?
Y entonces, lo confieso, estoy tentado
y me pongo y me digo que, sin duda,
puedo escribir los versos más puercos esta noche;
puercos como la vida, como un pedo
grandioso contra un falo sifilítico,
como un ano anegado
de heces, saliva y semen.
Pero al poco desisto, me arrepiento:
porque cómo -me digo-, de qué modo
en algo tan excelso superar
o al menos igualar al gran Panero.
Poemas que describan en su versos
enormes falos defecando semen
en anos apestosos y profundos
igual que una cloaca en que las ratas
devoran babas, mocos y excrementos
-por no decir, mejor, que comen mierda,
que es mucho más vulgar y escatológico.
¿Y es que no es eso, acaso -me pregunto-,
quiero decir la mierda,
la esencia de la vida, aun más la vida misma?
Y entonces, lo confieso, estoy tentado
y me pongo y me digo que, sin duda,
puedo escribir los versos más puercos esta noche;
puercos como la vida, como un pedo
grandioso contra un falo sifilítico,
como un ano anegado
de heces, saliva y semen.
Pero al poco desisto, me arrepiento:
porque cómo -me digo-, de qué modo
en algo tan excelso superar
o al menos igualar al gran Panero.
el bukowski de Nerva te llamaré en este poema, muy musical a pesar del mal olor que deprende
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