Jamás tuve confianza en las sirenas. Aúllan en las noches de tormenta, tintando la ciudad de asfalto y cuarzo, con crudos alaridos araneros. Estamos en alerta permanente; no obstante, la narcosis nos muda en indolentes sordomudos, ajenos por completo a la agonía de un cántico de pájaros ausentes. Atados al vacío del presente, vivimos en la urgencia de un mañana, que, estático en el vientre de la bestia, se pudre lentamente ahogado en vómito. Ya ululan nuevamente con encono; no ocurre nada grave: tan sólo ocultan, turbias, tras su estrépito, los golpes de martillo que perpetran los zafios arquitectos de patíbulos.
lunes, 30 de abril de 2012
Relatos verosímiles (36): Perfiles de mi calle (y III) (Carlos Parejo)
Mediodía de verano. Sol cegador. Los transeúntes buscan la delgada línea de sombra como si fuera un oasis. Incluso, lo hacen las dos locas ancianas, muy pequeñitas y zarrapastrosas, que siempre van mascullando airadamente frases ininteligibles de las malquerencias que sufrieron en su juventud. A su lado, el viejito que se dedica a la caza de tesoros en los contenedores es un angelito. Tiene mirada blanda, como de carne de membrillo, camina despacio y habla muy quedo. También es delicioso el cincuentón con retraso mental. Nadie hay tan alegre como él recogiendo del colegio a su sobrina pequeña. Va tan estirado y atento a cualquier contingencia que ocurra como el guardaespaldas de un Presidente. Más jaleo arman los dos perritos –Calígula y Nerón- de la abuelita que vive sola. Quizás les puso nombres de malvados y terribles emperadores romanos para vengarse de sus dos hijos que marcharon fuera. Todo lo contrario que la viudita negra. Sus hijos siguen viviendo con ella, pero son muy descuidados con la vestimenta. Nada que ver con sus perritas. Van tan limpias y escamondadas, y se peinan con tan coquetos rizos, que si fueran a tomar el té y las pastas al Palacio de Buckingham – para alternar con la camada canina de la reina de Inglaterra- , no desafinarían.
© Carlos Parejo Delgado
domingo, 29 de abril de 2012
Agrupémonos todos
Que el socialismo fracasase antaño
en la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas,
y hoy se halle a la deriva en Cuba,
vendido al capital en China
o mudado en liturgia -culto a un
diablo-
en Corea del Norte,
les sirve de argumento sobre el que
sustentar
que está hace mucho muerto y
enterrado,
y que sería el otorgarle
otra oportunidad
como resucitar a una alimaña sumida
por fortuna en los infiernos.
Pero el demonio ha estado desde el
principio en ellos,
derramando el infierno con la ayuda
de su fiero y bastardo ministerio,
de su fiero y bastardo ministerio,
sobre el proletariado, sobre los
marginados, sobre los que pensamos
que no sólo no ha muerto el socialismo
sino que su resurrección hoy más que
nunca
es harto necesaria.
Porque su infierno ha estado y sigue
estando entre nosotros
en cada niño muerto de hambre, sed ,
malaria o cólera sin ira;
en cada mina anti persona, en cada
bomba de racimo;
en cada hogar sin nada que llevar a fin
de mes
para saciar el hambre de los hijos;
en los que no tienen siquiera hogar ni
un techo,
bajo el que guarecerse de la desesperanza; en el suicida
bajo el que guarecerse de la desesperanza; en el suicida
que se quita la vida porque no puede
más con la miseria;
en cada dictadura impuesta por las
bravas
o en esas otras que amparadas por
falsas democracias,
se hicieron a medida de las élites;
en los que temen que de nuevo solidario
renazca con vigor el socialismo
mermando arrebatándoles
los viles privilegios paridos por la
bestia sin conciencia,
por ese ídolo obsceno que se nutre
con saña en el fracaso de los débiles,
y damos en nombrar capitalismo.
Cómo
a veces
me pregunto
qué digo a veces
siempre a todas horas
sin tregua ni esperanza
sin repuestas
con desesperación dolor con llanto
ahogado hundido en llanto
me pregunto
qué hubiese acontecido si qué hubiese
sucedido de qué otro modo
cómo
podría ser hoy la vida
nuestra
vida
cómo serían el mundo
nuestra
casa
cada 7 de abril
cómo los despertares
de qué tenor los sueños
los años meses días
la vida el tiempo
cómo
Fotografía: Peter Griffin
sábado, 28 de abril de 2012
viernes, 27 de abril de 2012
Rabdo(a)mante
me
sueño en el jardín de las delicias,
sembrando
en ti, con besos y caricias,
de
entre sus frutos todos, los mejores.
Mas
nunca, del albor, los resplandores,
fueron
a la ilusión luces propicias,
y
en su hálito primero, irreal, inicias
la
esterilización de mis labores.
E
inerme en el paraje más adusto
que
nunca imaginase humana mente,
de
sed y sal se ahoga la simiente,
con
sólo una esperanza a su disgusto:
Antes
de que, a su insomnio ponga broche,
la
Parca, hallar otro oasis en la noche.
miércoles, 25 de abril de 2012
La pena
La pena que me apena apenas pena
sería comparada con tu pena,
si no fuese tu pena, aun siendo ajena,
la pena que más plena a mí me apena.
Y luego de tu pena está la pena,
estando ajeno a ti y tú a mi ajena,
de no poder, para aliviar tu pena,
apenas hacer nada. Y me enajena
que pueda ser también mi pena pena
que plena forme parte de tu pena,
pudiendo mi condena tu condena
ser como tu condena es mi condena.
Y, ¡ay!, pensar que quizás tu dicha plena
pudo ser con la mía, !eso es la Pena!
martes, 24 de abril de 2012
lunes, 23 de abril de 2012
Norte
cada tarde al volver
de la nada a la nada
giro instintivamente la cabeza
hacia el orco de cal que amortaja mis
sueños
a 110 Km. por hora
absorto unos instantes me pudro
recordando
aquella tarde fatua en que el sudario
que envuelve hace ya tanto mi cadáver
fue una vela en la mar abierta al
viento
alfombra voladora en un país mágico
donde los sueños eran livianos como el
aire
después cuando el pasado no nacido
se aleja entre los gases del escape
doy vueltas y más vueltas en mi mente
a ideas desquiciadas y suicidas
con las que ir modelando el epitafio
que ponga con decoro fin poético
a un día más que pasa sin sentido
así nace el poema este poema
difunto agonizando de insomnio entre
los muertos
Relatos verosímiles (35): Perfiles de mi calle (II) (Carlos Parejo)
Cuadrillas de borrachos nocturnos lanzan piropos a jóvenes barrenderas, que los miran impertérritas, acorazadas tras sus oídos cascomusicales y sus ojos gafinegros. Trasatlánticas cuidadoras de mayores saludan soñolientas a los quiosqueros y proveedores de supermercados. Noctámbulos gatos audaces acechan a pájaros alegres y hambrientos de migajas de pan. Mendigas de pieles curtidas amanecen entre cartones y se levantan a rastrear dónde tomar su primer café caliente. Los repartidores de panes y periódicos sisean en las curvas y aceleran en las calles rectas, embargados en su propio circuito de la prisa mañanera. Mientras, el frutero se deleita colocando lenta y mimosamente las manzanas y los chirimoyos en las cajas de madera del escaparate. Las calles apagan sus luces. El día nace frío y gris. Barrunta tormenta. Matilde, la emperadora del baile, abre la puerta del taxi que viene a buscarla para llevarla al aeropuerto. Se va a vender el arte ancestral del barrio trianero a las carteleras de Broadway (Nueva York).
© Carlos Parejo Delgado
domingo, 22 de abril de 2012
Carga
Los veo llegar muy pulcros y elegantes,
el gesto amable y plena la sonrisa.
Pero algo no me cuadra:
sus manos están sucias, manchadas de
pasado.
Y qué son esos fardos. Qué contienen.
Por qué la precaución con que los
cargan.
Por qué razón se están metiendo
ahora
con su inquietante carga, como ratas,
debajo de la casa de los sueños.
Qué están urdiendo allí, por qué
taladran,
metódicos, columnas y cimientos.
Oh no, por qué, qué es este horrible
estrépito.
-Están dinamitando,
sicarios del ayer, nuestro futuro.
Resistiremos, cabrones, resistiremos
A Marisa PeñaVosotros, herederos del fanquismo,
cachorros de la bestia sanguinaria
que hundiese en la miseria nuestra Patria,
usando la mentira igual que Hitler
habéis logrado, aun necio, un amplio apoyo
del pueblo al que lavasteis el cerebro
con vuestros estropajos sin conciencia.
Y ahora, ya en el poder, le estáis robando
a ese pueblo al que habéis manipulado
su pan para entregarlo a los de siempre:
las mafias financieras, vuestros amos;
y más allá del pan le estáis robando
quizás la garantía de más peso
para salvaguardar la democracia:
el derecho inviolable a discrepar
por medio de la paz y la palabra.
Mas no penséis, esbirros pusilánimes
del totalitarismo financiero,
pequeños dictadores de recambio
que sólo echáis cojones a los débiles
estando protegidos por los lerdos
perros de vuestras fuerzas represivas,
que ya estamos rendidos, desarmados,
privados de la paz y la palabra.
Echad bien los cerrojos, dictadores,
fascistas sin escrúpulos, de mierda,
de noche a vuestros cómodos hogares
y a vuestro pétreo y sucio corazón,
porque no es la esperanza, son los dientes
lo último que pierde un pueblo herido.
sábado, 21 de abril de 2012
Kale borroca gubernamental
Usando por coartada el patriotismo
entregan nuestra patria a los mercados,
y a aquellos que el enjuague denunciamos
nos quieren acusar de terrorismo.
Habrá que organizar la resistencia
antes de que en sus normas tipifiquen
delito resistir y organizarse,
y así estar preparados para, cuando
nos muden por decreto en terroristas,
pasar de las palabras a los hechos
y de la resistencia a un fiero ataque.
viernes, 20 de abril de 2012
Aquelarre
El tan nombrado milagro chino no es más que un pacto diabólico por el que, a cambio del crecimiento económico del país al servicio exclusivo de sus mandatarios políticos, estos entregan a la selecta elite de los diablos del capital un pueblo esclavo y maniatado, y unos recursos naturales listos para ser devorados sin medida por la bestia capitalista. Podría parecer paradójico que algo así se produzca en un país que se autodenomina comunista. Pero es que el comunismo, el verdadero comunismo, ese que puede que nunca haya sido puesto en práctica a lo largo de toda la Historia, es o debería ser algo muy diferente: frente a competitividad, odio y tristeza; cooperación, amor y alegría.
Catecismo pagano según Roig y una declaración de apostasía
trabajar como chinos
para que ciertas ratas
nauseabundas engorden
como sucios cochinos
en tanto que miriadas
de postergados buscan
hurgando en la basura
un mendrugo asqueroso
que llevarse a la boca
ojalá el refranero
se cumpla y a esos sucios
y miserables cerdos
llegue su San Martín
y haya una alegre fiesta
donde con el producto
de la matanza de una
vez para siempre sacien
su hambre los marginados
jueves, 19 de abril de 2012
Paradoja
y ahora que ya sin duda
advierto admito asumo
que no tuvieron nunca
no tienen no tendrán
alcance ni sentido
amor vida ni sueños
que al cabo de este trance
precario y miserable
sólo esperan la nada
la inconsciencia el olvido
por qué ahora más que nunca
por qué sigo añorando
echando en falta ansiando
el sueño la quimera
de un pedazo de vida
compartido contigo
miércoles, 18 de abril de 2012
Ojos
las 6
de la mañana
toda la noche en blanco
ya vienen
vienen
vienen
tengo miedo
siento en mi pecho el vértigo
en las sienes la sangre
golpeándome golpeándome
me fallan las rodillas
me sostengo
no sé cómo
ni dónde
me sostengo
mi corazón castrado
se mea en los pantalones hace frío
no me vendes los ojos no me vendes
los ojos
espero espero espero
grito un nombre al silencio
puede que sea tu nombre
ya apenas lo recuerdo
de espaldas a la tapia
temblando y sin aliento
me enfrento a mi destino
otra mañana más
que no amanece
martes, 17 de abril de 2012
Hay mujeres...
lunes, 16 de abril de 2012
Génesis 19:26
“Miré hacia atrás por desamparo.Desde la arena estéril y gastada
Por vergüenza de escabullirme a hurtadillas.
Por deseo de gritar, de volver.”
Wislawa Szymborska
de este yermo antesala del destierro
siento áspera subiendo por mis venas
la sal de tu crueldad omnipresente.
No he de rogar piedad.
Si acaso
daré gracias
con mi postrer aliento
por este suave suave dulce bálsamo
que empieza ya a borrar de mis pupilas,
velada por un mar de desconsuelo,
la imagen de las ruinas de Sodoma.
Relatos verosímiles (34): Perfiles de mi calle (I) (Carlos Parejo)
¡Qué envidia te tengo recién nacido, que circulas en coche por la acera, y toda la gente extraña se para a sonreírte y hacerte cuchufletas¡ Dentro de poco te verás como ese pequeñín que acude a la guardería, sereno y dichoso, cuando hace pocos meses lo hacía aterrorizado y llorando a mares. Pero crecerás y prestarás cada vez menos atención a lo que pasa a tu alrededor. Como esa jovencita que llega tarde cada día al instituto pese a ir montada en bici. Parece una equilibrista de circo sorteando peligrosamente en zigzag a los peatones. Y ni siquiera se inmuta, pero hay que comprenderla: padece insomnio de serie televisiva de medianoche y sordera casco/musical. Y si te conviertes en un joven presumido y sin escrúpulos, de esos que sólo se adora a sí mismo, serás como el estanquero de la esquina. Siempre llega tarde a abrir el negocio y aparca en doble fila. Y él tan tranquilo. Lo cual no es de extrañar porque padece inmunodeficiencia adquirida a los atascos que provoca. Menos problemas tiene a sus espaldas el joven banquero cuya impresionante moto deportiva de cuatro ruedas asciende veloz y silenciosa por la rampa desde su garaje subterráneo. Pero míralo bien, qué ridículo le sienta ese rígido traje de chaqueta negro y qué incómodo está con la apretada corbata. Quizás es más feliz el joven barrendero que a todos nos saluda y habla por las mañanas, para aliviar la carga de su aburrido y monótono trabajo, hojas y papeles van, chicles y colillas de cigarro vienen…
© Carlos Parejo Delgado
domingo, 15 de abril de 2012
La voz dormida
A Dulce Chacón y Benito Zambrano,
por despertar en mí esa voz dormida.
A todos los que lucharon, aún luchan
y nunca dejarán de luchar por la
libertad, la igualdad y la justicia, por
la felicidad.
Qué lástima ser sólo un mal poeta
y no poder llevar lejos mi canto.
Llevarlo hasta la casa de los pobres
y hacerles comprender que la pobreza
no es una maldición, sino el saqueo
de una casta de avaros, de la gula
de una bestia insaciable a la que sólo
podremos derrotar dándole muerte.
Que no habrá recompensa tras la vida
por la resignación a la miseria
que engorda a los bastardos que se nutren
poniendo a dios y patria por delante.
Que es un deber alzarse en rebeldía
en contra de las lágrimas y el hambre,
y la felicidad es un derecho
que hay que ganarse en vida, hay que lucharlo.
Qué lástima tan grande que mis versos
no sean un don, un arma, una hoz segando
el cardo y el abrojo del camino,
ni un pertinaz martillo derribando
los muros del granero de los ruines.
Qué lástima ser sólo un poetastro
de versos desdentados y gastados,
y no poder luchar a uñas y dientes
por un mundo mejor con la palabra;
y qué pena aun más grande carecer
de un poco de valor para pelearlo
con hoz y con martillo -sin metáforas.
Potro
tomados de la mano
nos fuimos alejando uno del otro
no puedo más
no alcanzo en la distancia a ver mis dedos
-su tacto ajusticiado-
tomados de la mano de tu ausencia
te echo tanto de menos
sábado, 14 de abril de 2012
Astérix en Hispania
“Queremos un gobierno
del pueblo para el pueblo”
-dijo una voz detrás de las murallas,
defensa de la aldea de la esperanza
donde aún se organizaba a duras penas
la terca resistencia a la pobreza
con la que se nutrían los ladrones.
“¡Es la guerra, la guerra!
¡Nos quieren sepultar en la miseria!”
-gritaron apelando, con cinismo
y rancios, a la patria y sus patriotas,
traidores, los lacayos mercenarios
de la internacional capitalista.
La cara cara máscara
Despacio abro las puertas del armario
hecho en falsa madera de cerezo
y a tientas busco en su interior la máscara
que revistió de seda la impostura.
No sé por qué la ansío. Nadie mira
la obscena soledad que me desnuda
rodeado de penumbras e intemperie.
Tal vez se deba al miedo a que un espejo
de súbito me muestre las mentiras
que cinceló en mi rostro la esperanza.
Qué versos tan patéticos y lóbregos
buscando una luz tenue a la que asirse,
temiendo a sus reflejos, pero a un tiempo
sabiendo sus pupilas desgastadas.
Recuerdo ahora aquel haiku de luciérnagas
llevadas por la brisa hasta el edén
donde la noche muda muda en cántico.
mudas luciérnagas
huele el viento a rocío
despierta un pájaro
¿Recuerdo o es que, lunático, lo invento?
(Sus pétalos ajados por el ácido
de una tormenta hostil de arena negra
puliendo el hueco que dejo la luna,
de la lila celeste, ahora estos lodos).
Recuerdo ahora aquel haiku del lunático
que confundió la sed de un espejismo
con un río rumoroso de luciérnagas.
loco de sed
lame el gastado azogue
sangra cristales
¿Recuerdo o es que me ahogo en sus adentros?
viernes, 13 de abril de 2012
Creación
Pudiera haber –quién sabe;
es tan ignoto y vasto el universo-
algún que otro planeta, tal vez muchos,
semejante a la Tierra.
Planetas con sus montes y sus valles,
sus ríos y sus bosques, su arco iris,
sus pájaros, sus flores, sus abejas,
sus bellos horizontes, sus océanos,
su vida inteligente.
Sus armas, sus torturas, sus tiranos,
sus crímenes, avaros, sus cadenas,
miserias, cobardías, sus traiciones,
hambrunas, dioses falsos, guerras, muerte,
sus campos de exterminio.
Visto de esta manera,
lo mejor,
quizás sea continuar siendo exclusivos:
para muestra un botón; es más que suficiente
con una aberración
de la Naturaleza.
jueves, 12 de abril de 2012
Primeras luces
A Isabel, un año máscon las primeras luces
las estrellas
batiendo sus pañuelos con desmayo
se ausentan y silencian la palabra
que nace de la cópula fecunda
de un sueño y el insomnio que lo agita
pero es 12 de abril de 2012
y un pájaro de luz un eco alado
viajando desde el norte aliado al viento
anida en mi mirada y con su cántico
travieso alienta idea y sus renuevos
hoy desde el alba al coito
de mar y sol eyaculando ocaso
una estrella encendida en mi ventana
dando alas musicales a los sueños
prolongará el prodigio que en la noche
da a luz la borrascosa sed del verbo
sospecho su autoría
aromas de Caribe engalanando
con su cadencia azul la piel del Támesis
miércoles, 11 de abril de 2012
Pronunciamiento
El brillo del relámpago
“¡despertar es morir!”
Gustavo Adolfo Bécquer
El sueño es el ensayo de una obra
teatral con su función asegurada;
los sueños, breve ensayo de una farsa
que en raras ocasiones estrenamos.
¿Debiéramos tomarnos más a broma,
por tanto, el sueño, y mucho más en serio
el hecho de soñar, o viceversa?
Difícil decidir, pero lo cierto
es que tras la función y la infalible
caída del telón jamás tendremos
de nuevo otra ocasión para el ensayo.
martes, 10 de abril de 2012
Huesos
Érase que se era un lejano país en el que existían hace ya mucho tiempo dos clanes enfrentados, los pícaros y los botarates, que un buen día, ante la fuerza que comenzaba a tomar un tercer clan, el de los antropófagos, decidieron tratar de limar sus diferencias para caminar en la misma dirección y que aquellos sanguinarios caníbales no terminasen devorándolos. Para dirimir el papel de cada cual en ese camino común, determinaron hacerlo mediante una partida de ajedrez. En el clan de los botarates había un tuerto -ya se sabe que en el país de los ciegos...- que recomendó que el elegido para esa partida fuese alguien que, al menos, tuviese unas nociones básicas respecto al desarrollo de tan noble juego. Y, como al parecer, no había entre los posibles candidatos nadie que las tuviese, elaboró un sencillo tratado en el que explicaba, entre otras cuestiones, que el tablero se componía de 64 casillas, que cada contendiente contaba con 8 peones, dos torres, etc., y como eran los movimientos de cada una de aquellas piezas sobre el tablero. Unos días después, tras dos movimientos, el botarate elegido, que jugaba con negras, fue a pedir consejo al tuerto. “He realizado dos movimientos, creo que la cosa va bien, pero necesito que me asesores acerca de como continuar la partida”. El tuerto se situó frente al tablero y, tras reflexionar no más de dos segundos, le dijo: “Veo que no has dedicado un sólo instante al tratado de ajedrez que preparé para ti”. “Es cierto -respondió el elegido-, y por eso acudo a pedirte opinión, para continuar la partida de manera que, como mínimo, alcancemos un decoroso empate”. “Tablas, eso se llama hacer tablas -concluyó el tuerto-, pero por mucho que hagamos a partir de ahora, en no más de dos jugadas nos habrán dado mate.” Huesos, desde entonces cualquier pago de aquel lejano país se halla sembrado de huesos descarnados.
lunes, 9 de abril de 2012
Mis heroínas favoritas de la Edad Media (2): Juana de Arco (Carlos Parejo)
Como si de personaje de videojuego se tratase, combinó una triple condición: hada celta, santa cristiana y amazona guerrera. En su infancia y adolescencia correteaba y jugaba por los bosques de su pequeño pueblo francés como cualquier chavala. Agrupada en corro con otros chicos de su edad, veneraba al árbol mágico –el más longevo y grandioso de su pueblo-cantándole viejas canciones a cambio de deseos. Y trenzaba coronas de flores para las hadas del bosque, que así la protegían.
Muy tempranamente –con tan sólo once años- atisbó que era una mujer especial. El mago Merlín adivinó muchos años antes que esto sucedería. En medio de las conversaciones, entraba en éxtasis y predecía el futuro o descubría cosas del pasado que resultaban desconocidas. Ante el acoso de cualquier enemigo era capaz de transparentar sus pensamientos ocultos más peligrosos, así como de ver dónde se encontraban cosas escondidas, tanto muy cerca de ella como a cientos de kilómetros.
A los quince años se le aparece el Arcángel Miguel. Baja del cielo para anunciarle que dará su vida a los dieciocho años, tras haber dirigido la campaña militar que expulse de su patria francesa a los invasores ingleses. Los primeros meses la tomaron por loca. Pero fue convenciendo a todos. Según confesaba Juana, discutía escrupulosamente con “mis voces”, Santa Catalina y Santa Margarita, cada paso a seguir. Su prueba definitiva de santidad cristiana la dio al filo de la muerte. Subía a la pira donde iba a ser quemada por hereje, y pidió - como última voluntad –un trago de agua bendita para digerir serenamente tan penoso trance y mientras ardía susurraba: Ven a mí, Jesús.
Además fue la amazona guerrera más valiente y esforzada que nunca conoció la historia de la patria gala. Vestía traje negro, sin ropa intima, y botas altas de varón. Y como tal, se había cortado el cabello a la altura de las orejas. Cuando estaba en campaña dormía bajo las estrellas, tapada por una manta de lana, completamente desnuda. A pesar de que algunos la tachaban de anoréxica y hombruna, también tuvo su coquetería. ¡Qué emocionante fue contemplarla al frente de los ejércitos¡ Menuda y gatuna entre gigantes paladines, montada en un caballo blanco, y embutida en un traje de hierro que deslumbraba a los enemigos con su blancura, hasta el punto que la creían un ángel exterminador. Portaba en su mano la espada de emperador Carlomagno. En uno de sus éxtasis la había encontrado, tras yacer abandonada desde cientos de años atrás, detrás del altar de una iglesia. Hoy, casi todas las poblaciones de Francia, desde la aldea mas pequeña a las grandes urbes, le tienen dedicada una plaza a esta incomprendida de su época.
Muy tempranamente –con tan sólo once años- atisbó que era una mujer especial. El mago Merlín adivinó muchos años antes que esto sucedería. En medio de las conversaciones, entraba en éxtasis y predecía el futuro o descubría cosas del pasado que resultaban desconocidas. Ante el acoso de cualquier enemigo era capaz de transparentar sus pensamientos ocultos más peligrosos, así como de ver dónde se encontraban cosas escondidas, tanto muy cerca de ella como a cientos de kilómetros.
A los quince años se le aparece el Arcángel Miguel. Baja del cielo para anunciarle que dará su vida a los dieciocho años, tras haber dirigido la campaña militar que expulse de su patria francesa a los invasores ingleses. Los primeros meses la tomaron por loca. Pero fue convenciendo a todos. Según confesaba Juana, discutía escrupulosamente con “mis voces”, Santa Catalina y Santa Margarita, cada paso a seguir. Su prueba definitiva de santidad cristiana la dio al filo de la muerte. Subía a la pira donde iba a ser quemada por hereje, y pidió - como última voluntad –un trago de agua bendita para digerir serenamente tan penoso trance y mientras ardía susurraba: Ven a mí, Jesús.
Además fue la amazona guerrera más valiente y esforzada que nunca conoció la historia de la patria gala. Vestía traje negro, sin ropa intima, y botas altas de varón. Y como tal, se había cortado el cabello a la altura de las orejas. Cuando estaba en campaña dormía bajo las estrellas, tapada por una manta de lana, completamente desnuda. A pesar de que algunos la tachaban de anoréxica y hombruna, también tuvo su coquetería. ¡Qué emocionante fue contemplarla al frente de los ejércitos¡ Menuda y gatuna entre gigantes paladines, montada en un caballo blanco, y embutida en un traje de hierro que deslumbraba a los enemigos con su blancura, hasta el punto que la creían un ángel exterminador. Portaba en su mano la espada de emperador Carlomagno. En uno de sus éxtasis la había encontrado, tras yacer abandonada desde cientos de años atrás, detrás del altar de una iglesia. Hoy, casi todas las poblaciones de Francia, desde la aldea mas pequeña a las grandes urbes, le tienen dedicada una plaza a esta incomprendida de su época.
Para saber más: TWAIN, MARK. Juana de Arco. Editorial Molino. 1986.
Ilustración: Juana de Arco recibiendo el mensaje
del arcángel Miguel, Eugene Thirion (1876).
del arcángel Miguel, Eugene Thirion (1876).
© Carlos Parejo Delgado
domingo, 8 de abril de 2012
Hoy de nuevo el silencio...
Hoy de nuevo el silencio
armado con los crueles incisivos
del espanto y la duda
me roe el clavo ardiendo
del que sin fe en la eternidad sostengo
los trémulos despojos de mis sueños.
Para qué tanta vida
me pregunto
si es sólo asirse al borde de un minuto
que lenta y sin descanso
herrumbra la carcoma
si no queda un instante ni un lugar
donde vivir soñar beber la vida
y esta no es más que sed que un clavo ardiendo
que este arrastrar sin fuerzas ni esperanza
la atroz roca de Sísifo cargar
sin Cirineo y huérfano
la cruz camino al Gólgota.
sábado, 7 de abril de 2012
Poema muy moderno y sin complejos
Me juzgan me censuran.
Sin pruebas juez y parte ellos los puros
a ultranza que soberbios se sitúan
por encima del bien y el mal de todo
y miran por encima de sus hombros
cualquier cosa que huela a mestizaje
me juzgan me condenan
meten sus pulcros dedos en mis ojos
se erigen en verdugos sin motivo;
y luego si los mando a hacer puñetas
a la mierda o les pido
que me besen el culo
muy dignos y ofendidos me reclaman
que tenga a bien tratarlos con respeto.
¡A la mierda, señores, que es su sitio!
Leyenda
La sed es la leyenda que, en los mapas del alma, indica los caminos que llevan hasta el agua. Los mapas del espíritu son fértiles enclaves contenidos en lo estéril. Están hechos de sueños. En su centro convergen vergeles y desiertos, abismos y altas cumbres, luz y sombras. Su rosa de los vientos no se rige por falsos paralelos, ficticios meridianos; y ocultos en sus curvas de nivel, hay cánticos de pájaros antiguos capaces de anegar, volando al cielo, el árido silencio que impera en las estrellas. No hay una, dos ni tres; hay miles, infinitas dimensiones, prodigios impensables, en esos mapas magos y fecundos. Tan sólo hay que leer con esperanza las claves de la sed para encontrar los frágiles umbrales de la puerta que abre el arduo camino hacia la fuente.
viernes, 6 de abril de 2012
Plaga
jueves, 5 de abril de 2012
The birds
La están despedazando.
Lo mismo que a una res
con saña la despiezan
para venderla a saldo.
Como a una vaca enclenque
a la que hiciera mucho
le hubiesen racionado
la hierba el sol y el agua,
la trinchan la trocean
le arrancan a mordiscos
aún viva las costillas
las vísceras la sangre
los músculos la piel
el corazón y el alma.
Como aves carroñeras
-gaviotas cuervos buitres-
igual que una alimaña
un cruel torturador
un verdugo al servicio
criminal de los nazis,
sin piedad por sus sordos
aullidos alaridos
su agónico dolor,
sin conmiseración
con ansias miserables
con sádica fruición,
la hostigan la desgarran
la están despedazando.
La están despedazando
lo mismo que a una res.
Pero se llama España.
Con ce de crisis...
Los veo en las noticias...
miércoles, 4 de abril de 2012
Si
si yo si yo pudiera
si pudiera
si tuviera uno sólo
uno sólo y no más
un instante tan sólo
un poco una migaja
un poco de valor
para en este silencio
en esta soledad
en esta isla desierta en estos páramos
jamás hollados por presencia alguna
si yo tuviera fuerzas valor para
dejar
de aullar aullar rogar
auxilio auxilio auxilio
y dejase de husmear igual que un perro
y dejase de ansiar igual que un perro
los huesos
los despojos
las putrefactas
sucias
las nauseabundas sobras
de un minuto de luz
de un poco de aire
si pudiera tuviera valor y abandonase
y no fuese un cobarde
y dijese ya basta
ya basta ya está bien
y cesara el dolor
y se hiciese la noche
y se hiciese la nada
y se hiciese la calma
martes, 3 de abril de 2012
Amnistía fiscal
Aun más que por la envidia que podía llegar a despertar entre sus pocos allegados y muchos enemigos, andaba sumamente preocupado por el recelo que sin duda levantaría el hecho de ir a ser agraciado, unos días después, con el primer premio de la lotería por cuarta vez en el periodo de dos años. Hasta que un golpe inesperado de fortuna lo vino a liberar de tan sospechoso privilegio del azar.
Demolición selectiva
lunes, 2 de abril de 2012
Fábula roja
-Tampoco esta noche puedo dormir; hay algo inquietante y oscuro en la luz de las estrellas.
-¿Te busco un diazepam?
-Me mata los sueños. Quiero decir que me los remata en su agonía. Y, cuando despierto, tengo en la boca un insoportable sabor a carroña de utopías.
-Puedes probar a contar borregos.
-Eso sería mezclar churras con merinas.
-No entiendo la metáfora.
-Me refiero a que hay lobos con piel de cordero.
-¿La zorra guardando el gallinero?
-Esquilmándolo. Pero, ya que parece inevitable, contemos. Un borrego, dos borregos, tres borregos (...) un millón trescientos trece mil trescientos trece borregos... ¡oh, Marx mío!...
-¿Qué sucede?
-¡Una oveja negra, una oveja negra!
-¿Cómo puedes saberlo?; las estrellas agonizan, todo está oscuro. Probablemente no sea más que una ilusión panóptica, quizá una pesadilla ciega.
-¡No, no, no!, brillan en sus ojos una hoz y un martillo.
-¡Oh, qué espanto! ¡Vendrá a degollarnos!
-No, está segando de raíz las alambradas.
-¡Huyamos, huyamos!
-No, ya no hay territorios libres para el exilio.
-¿Entonces?
-¡Luchemos!
-¿Te busco un diazepam?
-Me mata los sueños. Quiero decir que me los remata en su agonía. Y, cuando despierto, tengo en la boca un insoportable sabor a carroña de utopías.
-Puedes probar a contar borregos.
-Eso sería mezclar churras con merinas.
-No entiendo la metáfora.
-Me refiero a que hay lobos con piel de cordero.
-¿La zorra guardando el gallinero?
-Esquilmándolo. Pero, ya que parece inevitable, contemos. Un borrego, dos borregos, tres borregos (...) un millón trescientos trece mil trescientos trece borregos... ¡oh, Marx mío!...
-¿Qué sucede?
-¡Una oveja negra, una oveja negra!
-¿Cómo puedes saberlo?; las estrellas agonizan, todo está oscuro. Probablemente no sea más que una ilusión panóptica, quizá una pesadilla ciega.
-¡No, no, no!, brillan en sus ojos una hoz y un martillo.
-¡Oh, qué espanto! ¡Vendrá a degollarnos!
-No, está segando de raíz las alambradas.
-¡Huyamos, huyamos!
-No, ya no hay territorios libres para el exilio.
-¿Entonces?
-¡Luchemos!
Relatos verosímiles (33): Fantasía frustrada (Carlos Parejo)
Cuando abrió los ojos vio unas paredes blancas a su alrededor. Se encontraba en una sala silenciosa y alargada. Se divisaban en lontananza, a pesar de la tenue iluminación, las siluetas de hasta 108 gabinetes laterales. Allí reposaban otros tantos seres humanos, vestidos con una bata celeste como él.
Lo único que recordaba era multitud de manos que se movían presurosamente y hablaban rápidamente. Y ocho potentes luces, como estrellas, que le cegaban los ojos. Se le acercó un misterioso personaje vestido de blanco y con una barba plateada. ¿Será Pedro, el guardián de las puertas del Cielo? ¿Estaré en el otro mundo?
Pero sus sueños fantásticos se derrumbaron con una sola frase: ¿Se encuentra usted bien, pálpese, le duele algo?
Lo único que recordaba era multitud de manos que se movían presurosamente y hablaban rápidamente. Y ocho potentes luces, como estrellas, que le cegaban los ojos. Se le acercó un misterioso personaje vestido de blanco y con una barba plateada. ¿Será Pedro, el guardián de las puertas del Cielo? ¿Estaré en el otro mundo?
Pero sus sueños fantásticos se derrumbaron con una sola frase: ¿Se encuentra usted bien, pálpese, le duele algo?
© Carlos Parejo Delgado