La pena que me apena apenas pena
sería comparada con tu pena,
si no fuese tu pena, aun siendo ajena,
la pena que más plena a mí me apena.
Y luego de tu pena está la pena,
estando ajeno a ti y tú a mi ajena,
de no poder, para aliviar tu pena,
apenas hacer nada. Y me enajena
que pueda ser también mi pena pena
que plena forme parte de tu pena,
pudiendo mi condena tu condena
ser como tu condena es mi condena.
Y, ¡ay!, pensar que quizás tu dicha plena
pudo ser con la mía, !eso es la Pena!
Acabáramos, ahora doy con el poema.
ResponderEliminarUn beso.
¡Qué pena! Aunque no me apena porque valió la pena!
ResponderEliminarBesos Rafita
Bellas palabras, todo un gusto visitarte.
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