“Me sobra el corazón.”Me sobra el corazón, me sobra el sexo,
Miguel Hernández
me sobra el apetito, pese al hambre;
me sobran sangre y huellas, sin raigambre;
me sobra el tiempo, herido y genuflexo;
del páramo, el vergel vedado, anexo;
el tallo, la hoja, el pétalo, el estambre;
la red parando el golpe, el fino alambre
que entre venero y sed fue tenue nexo.
Me sobran, y me sobran sobre todo
la sal en la mirada, la afonía,
tanta pena abismal. Y es tanto el lodo
ahogando la ilusión que, en mi agonía,
no sé por qué, no sé por qué ni cómo
me condeno a la vida cada día.
La vida como una condena perpetua, hasta la muerte...buen imagen y mejor simbolo. Un fuerte abarzo.
ResponderEliminarJo, Rafa, que nivel. Me parece buenísimo. Todos mis respetos, poeta!!!!!!
ResponderEliminarMe quito el sombrero :)
ResponderEliminares un poema precioso,sobran ahora mis palabras. Un abrazo.
ResponderEliminarEn esa condena, esta la vida.
ResponderEliminarY si vivir fuera...
Besitos.
"Me sobran, y me sobran sobre todo
ResponderEliminarla sal en la mirada, la afonía.
Tanta pena abismal.
No sé por qué , no sé por
qué ni cómo
me condeno a la vida cada día."
La semblanza de un cuestionamiento profundo ... y sin respuesta.
Brillante!
Condenado en Las Alpujarras... debe ser menos condena.
ResponderEliminarCalorazo el que hará: PAQUITA
Y a mí me faltan palabras para expresar cuánto me gustan tus poemas.
ResponderEliminarUn beso, poeta.
Prefiero condenarme a la vida a quedarme sin latidos.
ResponderEliminarExcelsas letras querido poeta.
M.
No sé por qué yo también me condeno a la vida. Te lo juro.
ResponderEliminarTe mando un beso y muchas gracias por compartir.
Andri
Condenados a la vida, no hay otra opción...
ResponderEliminarBesos Rafa :-)