lunes, 30 de junio de 2008

Mientras haya unos ojos que reflejen


Ya pasó el tiempo en que tú me mirabas
Con clara mirada, pese al deseo;
Ahora en tus ojos se anuncia el Leteo.
¿Qué es poesía?, me inquiero mientras clavas

En mi entraña tu iris azul y cavas,
Con su infausto reproche, el hipogeo
Que quiebra su latir al aleteo
De mi espera sin nido, sin aldabas

Para mi alma a las puertas de tu cielo.
Y yo la entregaría a Belcebú
A cambio de poder alzar el vuelo

Camino de un precario rendez-vous:
Tus ojos en los míos sin el duelo
De esta poesía sin luz que eres tú.
-

Pudimos


Sí, pudimos. Y se desató la euforia. Mi enhorabuena a todos. A esas madres, a esos padres de familia que, gracias a la gesta, han podido olvidar por una noche el esfuerzo que les cuesta llegar a fin de mes. A Zapatero, el presidente de Gobierno que ha visto a la selección alzarse con la copa de campeona de Europa. A los que sufren por desamor y esta tarde han visto como aún queda en sus corazones mucha pasión que echar afuera. A los que no pueden disfrutar de las vacaciones a que deberían tener derecho todos los trabajadores, por aquello de la competitividad y la falta de arrestos de políticos pusilánimes que nunca osaron levantar la voz contra el capital. A Luis Aragonés. A Torres y al resto de “jugones” –como dice el otro-. A todos. A todos.


Gracias, gracias, selección. Nos habéis hecho olvidar por un rato nuestras miserias, el hambre del mundo –aunque no haya muchos que suelan recordar semejante nimiedad-, a los que se hunden en el estrecho embutidos en una patera… Gracias, gracias.


Gracias a los políticos –antes de que ellos se cuelguen mil medallas por la llegada a buen puerto de la epopeya, yo se las otorgo con gusto-. Sí, gracias, muchas gracias, buena política deportiva en las élites –del deporte de base mejor no decir nada-, pero, si hemos de esperar otros 44 años, ¡legalizad de una puta vez la hierba, hipócritas de mierda!


domingo, 29 de junio de 2008

Divagaciones en el filo


La eternidad y lo precario son dos espejismos que casi llegan a rozarse por sus extremos: Ni una ni otro tuvieron jamás principio ni fin.


La esencia de lo efímero


He soñado un poema;

No más que un verso blanco

Tan frágil y breve como la vida,

Intranscendente sin pies ni cabeza,

Escrito a sangre,

-------------------------- Pero era... !tan bello!


El latido del pedernal


“le temp est une invention

de gens incapables d’aimer” (*)


Graffiti urbano


Dijiste

“llegas tarde,

no hay tiempo para ti en mi corazón”;

y alzaste vastos muros con tus horas,

enclaustrándome el alma.


Y habitando quedaste en mis adentros:

penumbras despojadas desde siempre

del don de las mareas.


(*) El tiempo es una invención

De aquellos que no tienen la capacidad de amar.


viernes, 27 de junio de 2008

Luciano y las borregas


Érase que se era que, en la ciudad de los humos -según cuentan los más ancianos del lugar, que son pocos pues allí la gente suele morir siendo aún bastante joven-, hubo no ha mucho tiempo un pastor que durante el día se dedicaba a tratar de enderezar el rumbo de las almas, según él, descarriadas, para, en sus propias palabras, apartarlas del camino de la perdición.


- - ¡Gracias, Señor! –dicen que solía exclamar con un rictus místico en el rostro, mientras alzaba la mirada a los cielos-, por haberme concedido la gracia de, en tu honor, poder ayudar a estas ovejas descarriadas siendo su humilde pastor.


Pero después, con la llegada de cada ocaso, se despojaba de la piel de cordero con la que cubría sus vergüenzas, y las conducía en absoluto silencio hasta un redil donde, sin misericordia alguna, las entregaba a las garras de uranio y arsénico de los lobos que, en demoníaca jauría, hacía décadas eran dueños y señores del lugar.


Hasta que una noche, tras aullar al unísono aquella histórica frase que reza “Roma no paga traidores”, también a él lo devoraron.


Desde entonces se dice que Dios, en las alturas, respira mucho más tranquilo. Pero allí, en aquella desdichada ciudad, los humos siguen.


NOTA del perpetrador: Para tratar de ser honesto, habré de decir que no todo parecido con la realidad pudiera ser pura coincidencia.



Imagen: Manolo Martín.




Ale-gato (negro)



Enclaustrado en los muros
Del dolor y el silencio,
Del espanto y la ausencia,
Perpetré algún poema
Que nunca hube sentido,
Que no quise jamás…
Mas tuve que escribirlo
-Espero que lo entiendas-
Por sacarme de adentro
Un poco del veneno
Que en la noche inocula
En mi entraña tu espectro.

Es por ello que espero
Que, si fuese posible,
Me tomases en cuenta
Esta pobre disculpa,
Y en llegando la víspera
Del fin de mi condena
-Esa dura sentencia
A una vida y un día
Transitando en las sombras-,
Me concedas la gracia
De volver a la luz
Con tu ansiada amnistía.
-

jueves, 26 de junio de 2008

Los otros


Se me ha dormido el tiempo;
Brutal, en mi insomnio,
------------------------------------- ya no camina:
Es el tictac que acompaña la espera
De aquellos que acabaron por marcharse
Cargando a la espalda cuentas pendientes.
-

miércoles, 25 de junio de 2008

La criatura


(La impiedad en el abismo)



Renace con nuevos vuelos

De sus gélidas cenizas,

Mas no como el Ave Fénix,

Ya su ternura abatida


(Desplomada con su anhelo

Cuando, en negra amanecida,

Se la arrebató con saña

Una crueldad desmedida);


Y aunque fue germen de encuentros,

Y dulzura en la amnistía,

Se envenenó como flor

Penada a ser inmundicia.


Y, entre sus alas quebradas,

Yace yerta y mortecina

La vela con que alumbraba

Cual firmamento de estima.


Y no conoce su nombre

Ni el acorde de los días,

Y es son de estruendo y ergástulas

La opacidad que destila:


Luz de un cruel quebrantahuesos

Que, en sus alas extendidas,

Se hace sombra pavorosa

Por el rencor carcomida.


Viene con hambre atrasada

Y una sed de sangre herida

Que sólo habrá de saciar

Con la tortura y la inquina.


Que excluyó de su moral

Pecado, culpa y justicia,

Pues sentenciada, inocente,

Fue al destierro y la afonía.


Guarda tu vuelo en el nido

Y el alma ten prevenida:

Son sus garras huracán

De aflicción y pesadilla.

Discordancias


El poeta: ese músico frustrado y sin oído, que siempre golpe a golpe con palabras, trata en vano de fraguar su sinfonía, y a veces, sólo a veces, cuando suena la flauta, logra dar a luz un acorde con el que casi alcanza a tocar el cielo. Pero el cielo siempre será... un absurdo espejismo.
-

Buenos deseos


Que sientas en tus carnes el desprecio

Con la violencia que yo lo he sentido,

Que de una vez por siempre a ti te olviden

Aquellos que tuviste por amigos;


Que te desvele en la noche la náusea

Que anega al que se siente muerto en vida,

Que al buscarte en tu adentro, acongojada,

Halles tan sólo pavor e inmundicia;


Que en tu alma se instale la honda tristeza

Que sufre el perro enfermo y desvalido

Que muere de abandono en la cuneta

Sin nadie que lo atienda en sus ladridos;


Que ya nunca más quien hayas querido

Te hable, te escuche, te mire, te piense,

Y así te sientas tú tan yerma y gélida

Cual árbol en las nieves de diciembre.


Mas que al fin cuando pienses sin respiro,

Rota y rendida que no puedes más,

Descubras desde el fondo de tu vientre,

Surgir encendido un odio voraz

Contra quien fuere tu ser más querido.


(Oh, que veneno el rencor tan brutal,

Pero qué dulce, mi amiga, qué dulce).



martes, 24 de junio de 2008

Alegato contra la primavera


¿Volverán las oscuras golondrinas?

Si así sucediese, estoy preparado;

Limpio a conciencia cada noche el ánima
De la escopeta
De aire comprimido.
-

lunes, 23 de junio de 2008

Nunca un amor como aquél


Llamó el amor a mi aldaba

Y abríle cauto la puerta,

Temiendo que fuese daga

Presta a desgarrar mis venas.


Llegó sin siquiera bragas,

Muda pidiéndome guerra,

Y nos fuimos a la cama

Y no para echar la siesta.


Me percibí ilusionado,

Mas con la esperanza incierta

Del que se piensa tocado

Por infausta suerte negra;


Que a través de mi camino

Hube extraviado mil huellas

Cual cervatillo perdido

Hecho de los lobos presa.


Pero su piel sonrosada

Era limpia, suave y tersa,

Y su impasible mirada

Tan brillante como perlas;


Sus pechos como manzanas

Piernas largas de gacela,

Y un intenso color grana

En sus labios como fresas.


Y me atrapó con sus garras,

¡La muy puta era tan bella!,

Que hícela yo de mi entraña

Hada, diosa, reina y dueña.


No dejó de ser su amor

Como volcán, como estrella,

Como pájaro cantor

O viento agreste en mis velas.


Yo mordía sus pezones

Ella, de mi sexo, obsesa,

Se alimentaba con goce

De su estallido cual fiera.


Luego bajaba a su flor

A libar como una abeja

Y encendido como un sol

Pasaba la noche en vela.


Todo estaba permitido,

No conocimos fronteras,

Y me metía a gemidos

En su ser por donde fuera.


¡Nunca conocí en la vida

Amante que resistiera

Iguales acometidas

Penetrando entre sus piernas!


Mas una noche ¡qué horror!,

Al mordisquear su oreja,

Nuestro amor se desinfló

Como los globos de feria.


Y me dejó con la herida

De la absoluta certeza

De no encontrar en la vida

Muñeca hinchable como ella.


domingo, 22 de junio de 2008

{**}


Gotas de sangre
sobre un mar amarillo;
madura junio.

Descalzo


(Un número de menos)


Me calzaré los zapatos de otro
para hacer el camino hasta tu casa;
Así, cuando el desprecio
y tus puertas cerradas me devoren las huellas,
podré volver, sobre mis pies desnudos,
a la sal de Sodoma.

sábado, 21 de junio de 2008

Pintada está mi casa


“El odio se amortigua

detrás de la ventana.”

Miguel Hernández


Nunca el amor penetró en nuestra casa; esa casa blanca y menuda, bañada por los frescos aromas del bosque, con su huertecillo de ciruelos siempre florecidos y el tosco vallado verde de madera de pino; esa casa que apenas llegó a principiar sus cimientos de légamo y viento durante un leve instante.


Hubo un tiempo en que creí sentir su aliento haciendo sonar la aldaba, como arpegios de un chelo levitando arcangélico en la altura del celeste. Pero tuve miedo y, a su cántico insomne, cerré las puertas y ventanas. Y entonces nuestros corazones se mudaron duros como arena que pasa sin haber conocido la tibia caricia del agua.


Algunas noches oíamos gemir a sus nudillos, rotos de espera y coágulos. Pero nunca supimos escucharlos. Recuerdo que era invierno y que, en la nieve, acabó abandonándose al desolado frío de lo despoblado y la desesperanza hasta perecer sobre el tálamo estéril de su ocaso de tanto agitar sus alas vacías en pos de la línea cada vez más lejana del horizonte inconcluso. Bajo el magnolio su tumba es, desde entonces, callado reproche que, indolente, quema mis pulmones con el aire que a duras penas respiro.


Aun en su inepcia, sólo ya queda un consuelo: Pensar que quizá tú pudiste huir a tiempo de debajo de las graves ruinas del cobijo no nacido. Yo, entretanto, ya sólo espero a la muerte entre sus inexpugnables paredes transparentes y derruidas, inmunes a la luz de un otoño en el que al sauce, fruto evanescente de una semilla muerta, no dejan de brotarle ni un solo instante oscuros manantiales de lágrimas secas.


Basura


Sombra inmundicia rencor lodazal

Ergástula erial cerrojo lamento

Miseria glaciar despojo albañal

Cloaca desdicha dolor desaliento


Hedor sinsabor borrón cenagal

Mugre condena zozobra excremento

Miedo escombrera deshora bozal

Desprecio estridor decepción tormento


Cadena oquedad congoja desecho

Llaga soledad suciedad herida

Miseria ansiedad bazofia despecho…


Marcan en mi piel, reseca y dolida,

Un destino cruel, pútrido y maltrecho

Que anega de sed y ruinas mi vida.


viernes, 20 de junio de 2008

trino a la luna


Y mientras yo me vacío

la luna se va llenando

marta




Luna de plata,
reflejo de la luz
de tu mirada.
¡Se muere el Sol de celos!
Selene en tu ventana.

"Koma"


Anoche, aterrado, soñé con mis muertos;
De la mano de ellos, cual sombra llegaste
Exclamando triste: “QUÉ DOLOR, ME MUERO!”

Me inundó una angustia tan penosa y grave,
Tan llena de abismo, tan llena de miedo,
Que con mi alma toda rogué despertarme;

Mas mis sueños,
------------------------- yertos, tan profundo yacen
Que jamás lograron despertar a tiempo.
-

jueves, 19 de junio de 2008

Él está tranquilo, yo también (un poema de Mahmud Darwix)



Él está tranquilo, yo también
sorbe un té con limón,
bebo un café,
es lo único que nos distingue.
Él lleva, como yo, una camisa holgada a rayas,
yo hojeo, como él, los periódicos de la tarde.
Él no me ve cuando miro de reojo,
yo no le veo cuando mira de reojo,
él está tranquilo, yo también.
Pregunta algo al camarero,
pregunto algo al camarero…
Una gata negra pasa entre nosotros,
acaricio su noche,
acaricia su noche…
Yo no le digo: Hace bueno,
está despejado.
Él no me dice: Hace bueno.
Él es el observado y el observador,
yo soy el observado y el observador.
Muevo la pierna izquierda
mueve la pierna derecha.
Tarareo una canción,
tararea una canción parecida.
Pienso: ¿Es el espejo en que me veo?
Entonces le miro a los ojos,
pero no le veo…
Abandono el café aprisa.
Pienso: Quizá sea un asesino, o quizá
uno que habrá pensado que yo soy un asesino.

Él tiene miedo, ¡y yo también!

Traducción de Luz Gómez García.

{*}


Qué grita el grito
Que no alcanzo a escucharlo?
Será el silencio?
(Qué espantoso estar solo
Sin la fe de la música)


Ilustración: El grito, de Edvard Munch.
-

El ojo del desierto


La lumbre de un recuerdo
Se hace sombra en mis noches
Y aniquila las huellas
Que llevan hasta el río.
-

miércoles, 18 de junio de 2008

Galileo: Misión a Europa


En mi suma idiotez

Me pregunto, asombrado,

A qué tanto interés

De los hombres de Estado

Por hallar seres vivos

En planetas lejanos;

Es que acaso no basta

A los muy desalmados

Con la vida que aquí

Exterminan a diario.

En mi suma idiotez

Yo respuestas no hallo.

-

Monólogo de una mosca sin vuelo


“Tampoco quiero hablaros del Infierno, por no impresionar desagradablemente vuestra fantasía. Sólo he de advertiros que allí se renuncia a la esperanza, en el sentido teológico, pero no al tiempo y a la espera de una infinita serie de desdichas. Es el Infierno la espeluznante mansión del tiempo, en cuyo círculo más hondo está Satanás dando cuerda a un reloj gigantesco por su propia mano”.

Antonio Machado.


Qué le vamos a hacer,
He caído en el tazón de la leche
Y mis alas mojadas han perdido su vuelo.
Ya está echada mi suerte
Y tan sólo es cuestión de tiempo que perezca
Sin volver a elevarme en el celeste.
Por tanto, lo mejor
Sería resignarme de una vez
Al naufragio de albura que me inunda la entraña,
Dejándome arrastrar hacia el abismo
Que gobierna Caronte.
Mas es tan doloroso, tan áspero este trago
Que, sin fuerzas ni fe, pataleo en mi espanto
Tratando de bogar hacia ese puerto
Que sé ya de antemano no se encuentra
Tras la blanca y fulgente pared resbaladiza
De tan dura cerámica.

Ilustración: Jan Saudek.

martes, 17 de junio de 2008

Petrificación de la ternura


a L.




Anuncio de auroras en flor y de pájaros

Que, preso en penumbras de jaulas y yermos,

A la última estrella devora los párpados.


(Frágil luz de cuarzo…

Dolida, doliendo)


Sismo


Encadenado al abismo,

Tras perder la trabazón

Que, fraguada en la ilusión,

Lo sujetaba a sí mismo,

Es mi corazón un sismo

Que, de vértigo rugiendo,

Busca, loco, un clavo ardiendo

Con que frenar su caída.

Mas de la nieve crecida

Hieloespinas van naciendo.


Revelación


E irrumpirán borrascas
Gimiendo vino oscuro
Que, en las cumbres trigueñas,
Inscribirá su marca.

Y entonces mudará,
La sangre de los dioses,
En escarchados cánticos
Sus rescoldos silentes.

Pero ya será tarde
Y, en su fatua ebriedad,
La aureola amarilla
Abdicará de náuseas.

(Qué inclemencia que ya
No haya una tierna Bice
Alumbrando las sendas
Que alejan del invierno).
-

lunes, 16 de junio de 2008

Democracia, Gobernanza y Medio ambiente


(El ejemplo de Doñana y las minas de Aznalcóllar)

Texto publicado originariamente en El Recreo.

El Gobierno del Mundo –o de sus partes en diferentes escalas que se superponen las unas a las otras- no resulta de procesos neutros o inocentes, sino de la interacción entre los intereses -la mayoría de las veces no coincidentes, cuando no contrapuestos- del poder económico y de la sociedad civil. Y es la compatibilización de ambos intereses la labor fundamental que debería acometer el poder político, con el objetivo de que la generación de riqueza sea beneficio para todos del modo más igualitario posible, y sin que ocasione merma alguna sobre el patrimonio que pertenece a todos los ciudadanos, los actuales y los que vendrán en el futuro. Es la teoría de la Gobernanza, cuya esencia está o debería estar, por tanto, íntimamente relacionada con lo que hemos dado en llamar desarrollo sostenible, así como con políticas permanentes dirigidas a la redistribución de la riqueza.

No obstante, la teoría de la Gobernanza, por no decir en todas, en la mayoría de las ocasiones no es más que eso: pura teoría. La realidad es bien diferente y lo que de facto suele producirse es la connivencia entre poder económico y político, relegando a la sociedad civil al ostracismo y a un nulo protagonismo en la toma de decisiones de aquellos asuntos que la afectan.

Cuando en la madrugada del 25 de abril de 1998 –tras reiteradas advertencias de técnicos y grupos ecologistas, a las que la Administración y el Gobierno de la Junta de Andalucía no hicieron más que oídos sordos- reventó la balsa minera de la compañía Boliden-Apirsa en las Minas de Aznalcóllar, quedó patente que la teoría de la Gobernanza –por aquel entonces aún en ciernes- no había sido en ningún momento puesta en práctica. El poder político, que había otorgado multimillonarias subvenciones a la multinacional Sueca –las cuales fueron a engrosar sus ya ingentes beneficios económicos-, se había despreocupado por completo del control de su actividad y, como consecuencia, el singular patrimonio tanto natural como económico de Doñana y su entorno fue presa de uno de los atentados ecológicos de mayor relevancia en el ámbito mundial y en todos los tiempos. Una dura lección digna de ser tenida en cuenta por los poderes políticos a fin de tratar de evitar que algo similar pudiese volver a repetirse.

Después vinieron los trabajos de restauración y el triunfalismo del poder político andaluz y del Estado acerca de la labor realizada no sólo para volver todos estos espacios anegados de veneno y muerte a la situación del día anterior a madrugada tan trágica, sino incluso para mejorarla notablemente, contando como operación “estrella” con la creación del Corredor Ecológico del Guadiamar, arteria del corazón de Doñana que a punto estuvo de morir por la arterioesclerosis provocada por los lodos de las minas de Aznalcóllar. Pero no es verde todo lo que reluce en y más allá del Corredor del Guadiamar.

En primer lugar, en toda aquella apresurada –y no hay que negar que en muchos aspectos exitosa- operación de maquillaje, se había quebrado el ya antiguo principio de que el que contamina paga. La multinacional sueca, sin necesidad de hacer uso de paraísos fiscales, había exportado buena parte de los beneficios obtenidos con la explotación insostenible de nuestros recursos mineros allende nuestras fronteras y, tras la catástrofe, hubo de ser el erario público, al que todos contribuimos con nuestros tributos, el que se encargarse de sufragar los trabajos de restauración: “Maleficio” público, frente al beneficio privado; el vasallaje infausto de los intereses sociales hacia el férreo yugo impuesto por del interés económico, con la irresponsable connivencia del poder político; la teoría de la Gobernanza ahogada y mancillada bajo los lodos tóxicos de Boliden-Apirsa.

Pero no se quedó ahí la cosa. El Gobierno andaluz determinó la utilización de la antigua corta minera de Aznalcóllar, no sólo para depositar los lodos retirados del cauce del Guadiamar, sino también para acoger todo tipo de residuos, con el consiguiente riesgo que ello supone para el acuífero Niebla-Posadas.

Y aún más, años después dio el visto bueno a la puesta en marcha de una explotación minera de características muy similares a las de las minas de Aznalcóllar –Mina Las Cruces, la mayor explotación minera a cielo abierto de Europa-, entre los términos municipales de Gerena, Guillena y Salteras, muy cerca del lugar en el que se produjo la catástrofe del 25 de abril del 98. De nuevo el riesgo tóxico, con la gula de un buitre hambriento, amenazaba con la sombra de sus alas negras las aguas del río Guadalquivir y el espacio natural de Doñana.

Veinticinco de abril, una fecha para recordar, para un mal recuerdo, a objeto de que nunca más vuelva a producirse la avalancha de muerte que desparramó su lengua venenosa por las entrañas de Doñana. Así, diez años y un día después, diversas organizaciones ecologistas se dieron cita –nos dimos cita- en primer lugar a las puertas de Mina Las Cruces y posteriormente en las Minas de Aznalcóllar, para denunciar las malas prácticas que se estaban produciendo tanto en la primera como aún en la segunda.

Sobre Mina Las Cruces, hacía ya tiempo que se habían producido diversas advertencias sobre los riesgos que suponían sus prácticas. Y no sólo por parte de los ecologistas. Concretamente el Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (CEDEX), ya advirtió en mayo del año 2002 de que, de ejecutarse los taludes de la corta tal y como pretendía la compañía minera Cobre Las Cruces, S.A., filial de la estadounidense Mk Gold Company, éstos acabarían por ceder y derrumbarse hacia el fondo. Una de esas casualidades que, a veces, pueden hacernos casi llegar a creer en el destino, “quiso” que justo 10 años después del atentado ecológico de Aznalcóllar, y un día antes de la “conmemoración” crítica y nada grata de los ecologistas, los citados taludes se vinieran abajo, hecho que ha dado lugar a que el Gobierno andaluz, ante la repercusión mediática del derrumbe, más aún en fecha tan señalada, haya determinado la suspensión temporal de la actividad minera en Las Cruces hasta que no sean subsanadas las deficiencias. Demasiado tarde, como en el 98, como casi siempre.

El 26 de abril, a las puertas de la Mina de las Cruces y escoltados y a la vez vigilados por la Guardia Civil –a la que hay que agradecer la colaboración prestada casi en todo momento-, fue leído un manifiesto de denuncia sobre lo que allí estaba sucediendo y lo que podría aún suceder.

Posteriormente, un buen número de hombres, mujeres y niños de paz y amantes de la Naturaleza llegados desde toda Andalucía, nos dirigimos a visitar el lugar de la catástrofe, del atentado ecológico, del 98. El Gobierno Andaluz, arguyendo el carácter ya público de la zona, nos había denegado el permiso para acceder tanto a las inmediaciones de lo que fue la balsa minera siniestrada, aquella espantosa caja de Pandora, como a la corta minera reconvertida en vertedero para todo tipo de residuos. No obstante, continuamos en nuestro empeño; queríamos observar aunque sólo fuese el entorno de la corta minera. Una vez allí nos encontramos con que, tras diez años sin preocuparse al respecto, se había establecido un vallado perimetral en torno a la corta –aún sin finalizar ante la premura con que fue acometido a causa, es de suponer, de nuestra programada visita- con el objetivo, según se nos dijo, de garantizar la seguridad de las personas.

Los hechos que se sucedieron a continuación fueron dignos del mejor de los esperpentos de Don Ramón del Valle-Inclán. Solicitamos a los mandos de la Guardia Civil que se nos permitiese acceder al menos hasta la citada valla, algo que nos fue denegado en función de las ordenes recibidas desde un alto cargo del Gobierno Andaluz –de rostro y nombre desconocido, y emboscado entre las sombras como un cobarde-, desde el argumento falaz de garantizar nuestra seguridad. Ante nuestra insistencia, la Guardia Civil se puso en contacto en diversas ocasiones con el citado alto cargo –que, probablemente también, se encontrase ejerciendo funciones al servicio de los contaminadores, de lo privado- para demandarle que se nos permitiese acercarnos hasta la valla, al no existir riesgo alguno que pusiese en peligro nuestra seguridad. Pero una y otra nos fue denegado, con el último argumento del carácter público de todo aquel espacio. Un argumento, sin duda, también falaz, tras el que se escondía el interés de políticos y empresas en que los ciudadanos no pudiésemos tener conocimiento de las barrabasadas que se continúan cometiendo en aquellos espacios públicos. Unos espacios públicos que siguen siendo usados sin apenas control –y con todas las bendiciones habidas y por haber por parte del poder político- para verter el veneno ocasionado por actividades económicas privadas, pero al que no se permite el acceso de colectivos sociales que pretenden, de este modo, tener la posibilidad de entrar a formar parte de esa teoría de la Gobernanza reclamando que su opinión y sus intereses también sean tenidos en cuenta. Es la represión de baja intensidad –de la que la Guardia Civil en este caso sólo fue un instrumento, y me consta que en contra de lo que hubiese sido su voluntad- encaminada a cortar cualquier actitud crítica y a tratar de ocultar que tras la supuesta democracia de la que creemos disfrutar –la cual sólo podría venir de la mano de la puesta en práctica de una verdadera Gobernanza-, subyace emboscada la plutocracia, una férrea dictadura de lo económico que terminará por despojarse de su guante de seda siempre que sea necesario.

Así, la jornada del 26 de abril de 2008, en el entorno del atentado ecológico que fue perpetrado diez años atrás, nos mostró una vez más la evidencia de que gran parte del Mundo, en la actualidad, se ve sometido al imperio de lo económico, a través de plutocracias y dictaduras, bien evidentes, bien disfrazadas bajo la hipócrita aureola de unas democracias de derecho pero no de hecho, que llevan ya demasiado tiempo sepultando a los ciudadanos bajo el mármol de la incultura o de una falsa cultura oficial –potente aleación entre lo que se suele identificar con el pensamiento único y la ya secular estrategia del panem et circensem- que les hurta cualquier capacidad de crítica y reivindicación efectiva. Sin ciudadanos formados –no, deformados- e informados no es posible la democracia. Y para estar bien formados es esencial poder conocer lo que en ese día trató de sernos ocultado por el tándem político-económico que asume en la actualidad el desgobierno de Andalucía.
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Alerta naranja


Esta noche de mediados de junio

Llega vistiendo un calor imponente;

Una masa de aire,

Procedente del Trópico de Cáncer,

Viene cargada de sudor e insomnio,

Y un polvo anaranjado que prolonga,

Metiéndose en mi pecho y mi mirada,

La sal de mi dolor, tras el crepúsculo.


(Un témpano de hielo recorre mi espinazo:

Sin sueño

---------------- no hay olvido)


Hace calor. No obstante,

Luego de atiborrarme de somníferos,

Me envuelvo sobre el lecho con dos mantas

Y, en posición fetal, busco soñarme

Anidando de nuevo en la tibieza

Del útero materno.