Esta noche de mediados de junio
Llega vistiendo un calor imponente;
Una masa de aire,
Procedente del Trópico de Cáncer,
Viene cargada de sudor e insomnio,
Y un polvo anaranjado que prolonga,
Metiéndose en mi pecho y mi mirada,
La sal de mi dolor, tras el crepúsculo.
(Un témpano de hielo recorre mi espinazo:
Sin sueño
---------------- no hay olvido)
Hace calor. No obstante,
Luego de atiborrarme de somníferos,
Me envuelvo sobre el lecho con dos mantas
Y, en posición fetal, busco soñarme
Anidando de nuevo en la tibieza
Del útero materno.
:S
ResponderEliminarHace calor infernal pero aún así te envuelves en dos mantas?
Eso es sufrir de gratis, eh!
Besos con aire acondicionado.
Hola Rafa
ResponderEliminar¿Viste? Estoy estrenando nombre.
Esta poesía es una belleza; versos que desgarran, crudeza, y al final esa metáfora cierta y tierna de lo que sería el único refugio. He tenido tantas noches así, que puedo palpar lo que ha sido la tuya, poéticamente hablando. Aunque, siempre he tenido la sensación de que en cada poesía, hay una huella personal del poeta. (Umm, ya te dije que soy soñadora) Espero equivocarme y que esto haya sido una simple inspiración… ¡Que estés feliz como una perdiz!… ¿O una lombriz en un desliz?
Bueno, ahora te dejo porque acá es un domingo lluvioso de otoño y buscaré a Pancho. Además, contestaré mis correos…jiji.
Un beso
¡Qué linda imagen, ese naranja me encanta!
Bueno si un témpano de hielo recorre el espinazo, entonces el calor es de otra naturaleza, Nany.
ResponderEliminarEs como viajar a la muerte o la vida, en fin como volver a empezar.
mmmm, esa foto es asombrosa y le quedó perfecta a tu palabra surrealista.
Mi abrazo, Rafa.