Que sientas en tus carnes el desprecio
Con la violencia que yo lo he sentido,
Que de una vez por siempre a ti te olviden
Aquellos que tuviste por amigos;
Que te desvele en la noche la náusea
Que anega al que se siente muerto en vida,
Que al buscarte en tu adentro, acongojada,
Halles tan sólo pavor e inmundicia;
Que en tu alma se instale la honda tristeza
Que sufre el perro enfermo y desvalido
Que muere de abandono en la cuneta
Sin nadie que lo atienda en sus ladridos;
Que ya nunca más quien hayas querido
Te hable, te escuche, te mire, te piense,
Y así te sientas tú tan yerma y gélida
Cual árbol en las nieves de diciembre.
Mas que al fin cuando pienses sin respiro,
Rota y rendida que no puedes más,
Descubras desde el fondo de tu vientre,
Surgir encendido un odio voraz
Contra quien fuere tu ser más querido.
(Oh, que veneno el rencor tan brutal,
Pero qué dulce, mi amiga, qué dulce).
Me recordaste un poema de Oliverio Girondo que amo por lo crudo, por lo que saca de adentro cuando uno lo recita...
ResponderEliminarA veces es mejor un Que se Jodan!!! pero bueno, tu eres poeta, yo no :)))
Como siempre, eres genial hasta en el rencor ;)
QUE LOS RUIDOS TE PERFOREN LOS DIENTES...
Que los ruidos te perforen los dientes,
como una lima de dentista,
y la memoria se te llene de herrumbre,
de olores descompuestos y de palabras rotas.
Que te crezca, en cada uno de los poros,
una pata de araña;
que sólo puedas alimentarte de barajas usadas
y que el sueño te reduzca, como una aplanadora,
al espesor de tu retrato.
Que al salir a la calle,
hasta los faroles te corran a patadas;
que un fanatismo irresistible te obligue a prosternarte
ante los tachos de basura
y que todos los habitantes de la ciudad
te confundan con un madero.
Que cuando quieras decir: "Mi amor",
digas: "Pescado frito";
que tus manos intenten estrangularte a cada rato,
y que en vez de tirar el cigarrillo,
seas tú el que te arrojes en las salivaderas.
Que tu mujer te engañe hasta con los buzones;
que al acostarse junto a ti,
se metamorfosee en sanguijuela,
y que después de parir un cuervo,
alumbre una llave inglesa.
Que tu familia se divierta en deformarte el esqueleto,
para que los espejos, al mirarte,
se suiciden de repugnancia;
que tu único entretenimiento consista en instalarte
en la sala de espera de los dentistas,
disfrazado de cocodrilo,
y que te enamores, tan locamente,
de una caja de hierro,
que no puedas dejar, ni por un solo instante,
de lamerle la cerradura.
Yo creo que nos asiste el derecho a sentir rencor verdad?, yo creo que si, y hasta es sano, y hasta si me apuras curativo, y si aún voy más allá... dulce veneno... ufffffff
ResponderEliminarBesos
Poema del rencor agridulce, autocomplaciente, duro y fuerte, brutal en el planteamiento y bello en la rima y el ritmo que contiene.
ResponderEliminarUn fuerte abarzo.
Poema del rencor agridulce, autocomplaciente, duro y fuerte, brutal en el planteamiento y bello en la rima y el ritmo que contiene.
ResponderEliminarUn fuerte abarzo.
GENIAL!
ResponderEliminarMe recordaste a Almafuerte (Pedro Bonifacio Palacios),
simplemente bello!
Buena metrica, aunque esconde demasiada amargura...alguien me dijo un día que lo importante es estar bien con nosotros mismos, perdonar por todo el daño que nos han hecho y no tener rencor ni odio...suena bien pero reconozco que es muy pero que muy dificil. Me place reencontrarte. Un besazo.
ResponderEliminarEn plena sintonìa, Rafa.
ResponderEliminarNo llego a decirle tus palabras, pero supuro dolor por todos los costados.
Un beso y mil gracias.
Palabras o dentelladas...que mas dá.
ResponderEliminarArrasador.
Felicidades
Así se escribe Rafa… (Acá no puedo decir “así se habla”) ¡Me encantóoo! Crudo, real, palpable, desgarrador, vengativo… ¡Propio de un corazón que quiere gritar lo que siente! (Me uno, soy una resentida jajaja) ¿Por eso me habrá gustado tanto?
ResponderEliminarEn verdad, muy bien escrito. El ángulo opuesto del poema cursi-rosa-empalagoso y mediocre que tanto detesto. (Hoy ando fatal jiji)
Un beso grande, y una palmadita en el hombro diciendo…¡Así se hace!
La metáfora del perro es preciosa.
No odies, querido Éxodo (o Rafa, lo que prefieras).
ResponderEliminar"Odiar no resuelve nada; todo lo odiado y destruído renace con la fuerza que le da el haber sido odiado, replantado por el odio mismo. Las tiranías duran y se suceden a fuerza de ser odiadas" (José Luis Sampedro. La vieja sirena).
Es uno de mis favoritos, es un canto al AMOR y a la VIDA.
Un beso grande.