lunes, 9 de septiembre de 2019

Sevilla a través de sus azulejos (3) . Ruta del flamenco (1). (Carlos Parejo)


Hay una extensa nómina de artistas flamencos que tienen monumentos y placas conmemorativas o azulejos cerámicos en la ciudad de Sevilla. Y hay barrios donde abundan como son los de Triana, La Macarena y San Lorenzo, y otros barrios en los que brillan por su ausencia.

Comencemos por la figura ya legendaria de Manolo Caracol (9 de julio de 1909-1973). Nacido en el Corral de los Frailes (Calle Lumbreras, Alameda de Hércules) provenía de una estirpe gitana de lujo. Su tataranieto era uno de los primeros cantaores y guitarristas flamencos de que se tienen noticia escrita: El Planeta (1789-1856); Además, fue sobrino nieto del afamado torero gitano Paquiro (1805-1851).

Siendo joven cantaba, para ganarse la vida, por todas las tabernas del barrio de la Alameda hasta que emigró a Madrid (año 1935). Allí fundó el tablao Los Canasteros, que reunió intelectuales y toreros de su época, amantes del cante jondo. Después vino una fructífera relación artística con Lola Flores y, desde los años cincuenta, su triunfo en el mundo del espectáculo y del Cine, si bien un accidente de tráfico puso fin a su vida de manera prematura.

Sevilla lo recuerda con un monumento en la Alameda de Hércules-junto a la Niña de los Peines- (Sebastián Santos, año 1990), el azulejo de una reciente plaza que lleva su nombre (año 2012) y sendas placas conmemorativas en su casa natal (año 2009, con motivo del centenario de su nacimiento) y en la Plaza de San Román(año 1987). Ésta recuerda la memorable “saeta” que le cantó a su Cristo de los Gitanos (de cuya cofradía fue hermano) cuando hizo su última entrada en el templo de San Román, antes de su traslado a un nuevo templo.

(¢) Carlos Parejo Delgado

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