viernes, 27 de septiembre de 2019

El día menos pensado


El día menos pensado
iremos a la guerra.
Como escudos humanos, como bala,
como fe ciega henchida
de miedo. Enajenados,
anhelantes de amor,
iremos odio en mano,
un odio sin motivos
ni nada que ganar,
a morir o a dar muerte,
a morir o a dar muerte,
a morir o a dar muerte.
¿Iremos? No, nos llevarán atados
como a perros. Ratá
ratatá ratatá.
Nos dirán que la patria
corre un grave peligro,
que el enemigo acecha
ávido por hacer
botín de nuestra hacienda.
¿Nuestra hacienda? ¿Qué hacienda,
si, en nombre de la patria,
nos lo robaron todo
los que se dicen nuestros,
estos que hasta en la paz,
esta paz sin sosiego, nos azuzan
contra nosotros mismos como a perros?
Y el territorio yermo
de la patria se irá
empapando de sangre
inocente, de sangre
embaucada que nunca
deseó ser derramada.
Y en las desgarraduras
abiertas en los campos de batalla
florecerá el tabaco
con el que fumarán
la pipa de la paz,
los monstruos que, de mutuo
acuerdo, dispusieron
legiones de cadáveres
que se pensaban vivos,
frente a frente, enfrentados,
en un lugar sin límites
que llamaron frontera.

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