Las tres ultraderechas ya han comenzado a ensayar en Andalucía la demolición controlada de los sindicatos, comenzando por su asfixia económica, vía reducción de su financiación con fondos públicos. Algo que no sucederá a la par —me apuesto un huevo— con respecto a las organizaciones empresariales. Vaya haciendo acopio la muy desclasada clase trabajadora de vaselina.
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