domingo, 9 de junio de 2019

Campechanía



(En la España de charanga y pandereta, la del poco pan y mucho circo, la de los lameculos vocacionales y cada vez más pobre gente con el culo al aire, hay profesionales menos que mediocres, y hasta necios con avaricia y sin formación alguna, que alcanzan el éxito haciendo alarde de su condición de fascistas.)

—¿Nacionalidad?
—Muy español y mucho español.
—¿Estado civil?
—Macho alfa, guapa.
—Le he preguntado por el estado civil, no por el sexo. Y le rogaría que se abstuviese de hacer comentarios acerca de mi físico.
—Ah... perdón (menuda estrecha). Macho alfa con derecho de pernada. Y no me gusta el hombre blandengue.
—Vale, soltero.
—¡Amador follador!
—(Este tío es tonto). ¿Creencias religiosas?
—Capillita.
—¿Ideología?
—No uso. Están pasadas de moda.
—Vale, ponemos apolítico.
—No, no. Ponga mejor 'gestor eficaz en lo relativo a la privatización de la 'res publica''. Ni de izquierdas ni de derechas. De los de arriba que se cagan a todas horas en los de abajo.
—Demasiado largo, no cabe.
—Bueno, pues ponga 'de extrema necesidad'.
—¿Raza?
—Aria. Sin mancha en el genoma de putos negros o moros maricones.
—(Con dos cojones, sí señor). ¿Profesión?
—Yo antes eraaaaa... ¡joder, no m'acuerdo! Ponga tertuliano.
—(Otro que vive del cuento procurando el mal ajeno con ensañamiento, premeditación y alevosía.) Eso es todo, ya le llamarán mis superiores.
—Adiós, muchas gracias. (¡Puta zorra!).

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