De continuar por estos nauseabundos derroteros, la extrema derecha española, de aquí a poco tiempo, terminará contando con cuatro patas. Algunos, que hipócritamente se jactan de ser de izquierdas, al venir a justificar golpes de Estado y dictaduras sanguinarias, ya han traspasado la línea roja.
La izquierda pacifista y democrática es una necesidad pasada de moda en países como Venezuela
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