Como era roja la tildaron de loca. Ellos, los autoproclamados guardianes de la moral y las buenas costumbres patrióticas y cristianas. La bochornosa noche de luna nueva durante la cual Vallejo-Nájera Lobón trató de extraerle la piedra negra de la locura y la depravación marxistas sin hallar nada, no hubo nadie que siquiera por un instante oyese el canto de los grillos.
Qué moda tan rompedora fue aquélla de las milicianas
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