Enroque
Entre monarblicanos y monárquicos
y algún que otro franquista,
no cabíamos en casa de la abuela
y fue a parir la burra —un parto múltiple
en mitad de los montes,
que está poblando España
de burros de dos patas en un número
nunca antes conocido desde tiempos
del Rey Felón, aquel
monarca absolutista
que a su regreso a España
fuera aclamado al grito
de "¡Vivan las caenas!"
"¡Muera la inteligencia!"
"¡Viva la muerte!" "¡Al suelo! ¡Al suelo! ¡Al suelo!"
"¡Se sienten, coño!" "¡Al suelo!" "¡Arriba España!"
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