Hay que ser mala persona e hijo de un gran súcubo chupapollas del infierno para llevar toda la puñetera vida arremetiendo contra la Venezuela bolivariana, con sus cosas buenas y sus cosas malas, y ni ayer ni mañana ni ahora, en este mismo instante, decir ni mu e incluso venir a tratar de justificar con nauseabundas falacias el genocidio que el estado fascista y terrorista de Israel lleva décadas perpetrando contra el pueblo palestino. ¿Dónde están ahora los mamarrachos de Albert Rivera, Ana Rosa Quintana o Rafael Hernando? Yo, a todos estos sujetos sin corazón, los desprecio y maldigo y les deseo el mismo triste destino que vienen sufriendo desde que el mundo es mundo los masacrados.
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