Pues a mí, espero que nadie me lo tome a mal en la Casa Real, todo lo relativo a las trifulcas e insidias familiares de sangre azul en ejercicio o emérita, me la suda, me la pela, me la bufa, me la refanfinfla y me la trae al fresco. Por mí como si se quieren pasar toda su acomodada, ociosa y reaccionaria vida a hostia limpia. Los trapos sucios familiares, a lavarlos en la intimidad. No nos distraigan. ¡Viva la República!
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