domingo, 11 de febrero de 2018

Hiperrealismo


Para hacer un montaje fotográfico guapo
haciendo uso de imágenes
sagradas sin, con ello,
herir los sentimientos de la beatería
católica, apostólica y romana
en este país de todos los demonios,
no coloques tu rostro en el lugar
del de Cristo o el Papa o un cruzado
decapitando infieles;
por aquí nadie entiende el surrealismo
y acabará tu culo reventado
por el pene opusdeico y sifilítico
de algún juez mamarracho de Avemaría y Rosario.
Mucho mejor, por tanto, algo más clásico.
Un buen fotomontaje, por ejemplo,
para evitar el riesgo
de ordalía, sería
usar La última cena de Leonardo da Vinci
y sustituir los rostros
de Jesucristo y todos sus apóstoles
por los del Presidente Rajoy y sus Ministros.
Eso sí, todos ellos
con sus treinta monedas de plata en el bolsillo.
Evitarás la hoguera
y puede que, con suerte
y un buen padrino, tu obra
acabe expuesta en ARCO.

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