Conquistaron el norte.
Luego el sur.
El este
y el oeste.
El cielo el mar la tierra.
El vuelo los pájaros El viento
empujando a las olas
a entregarse a la arena.
Y al fin cuando ya no hubo
una brizna de sangre
ajena que llevarse con codicia a la boca,
reptaron hasta el corazón del yermo
y se autodevoraron.
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