Ahora que ETA, afectada de severa inanición por la merma de apoyos en esa parte de la sociedad civil que la amparó durante tanto tiempo, se ha dejado morir, ¿cuánto habremos de soportar que aquellos que la han estado utilizando durante décadas como injustificable instrumento para sus fines políticos espurios, saquen a su fantasma a pasear a caballo en plan Rodrigo Díaz de Vivar?
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