lunes, 5 de septiembre de 2016

Cuentos de la Calle Castilla (4) (Carlos Parejo)


Manuela cantaba todo tipo de coplas y cantes flamencos en el patio del corral de vecinos, junto a su vecina la otrora famosa Marifé de Triana. Así se les pasaba corriendo el aburrido y pesado quehacer de las faenas domésticas: que si ir al pozo a por agua, que si limpiar las habitaciones, que si cocinar en el hornillo, que si limpiar los cacharros… Tantas tonadillas aprendió que se iba los días festivos con su marido, acompañado de un pianillo, a ganarse unos parnés por las calles de la otra orilla de Sevilla.

Pero cuando el siglo veinte torció hacia su segunda mitad todo fue cambiando rápidamente. Los jóvenes del patio, en lugar de cantar, escuchaban música enlatada. Que si el gramófono, que si el tocadiscos y el casette, que si el CD rom.

Ahora, incluso ni se escucha música, ya que los jóvenes la reservan exclusivamente para sus oídos con el imperio de los auriculares o walk man. Aunque ella casi que lo agradece a sus poco menos de cien años, pues se echa continuas cabezaditas y siestas en la hamaca sentada en el patio desde que amanece hasta el ocaso, y la música de fondo de los pajarillos trianeros es la que más le agrada para pasar confortablemente el día.

(¢) Carlos Parejo Delgado

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